Capitulo. 58

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El peor temor de la chica se hacía realidad a cada segundo que pasaba, las cosas podrían terminar muy mal y no soportaría perder a Eva o Alexander. Ambos eran sus pilares y si los perdía a ellos también, realmente enloquecería.

— ¿Cuánto tardaremos en llegar? — Pregunto ella tomando su mochila.

— Veinte minutos si intento perderlos.

Era demasiado tiempo, si llegaban a acercarse al auto y los reconocían tendrían a toda la policía de la ciudad encima. Y tal como lo predijo Irina, una patrulla salió de una calle y comenzó a seguirlos.

— Demonios... — Murmuro la chica antes de sacar su arma. —Eva. Tendré que hacer bastante ruido linda, pero no te asustes. No dejare que te pase nada. — Advirtió al notar que la niña comenzaba a inquietarse. No quería asustarla más de lo que ya estaba, pero de otro modo no tendrían oportunidad.

Eva intentaba girarse para ver la patrulla pero al ver el arma que Irina saco del bolso se asusto, recordaba muy bien lo sucedido en su escuela y sabía que lo que la chica tenía en las manos no era algo bueno.

Pero Irina no le dio tiempo para procesarlo, tiro del gatillo y el sonido del arma hizo chillar a la pequeña pelirroja que enseguida se encogió en el asiento cubriendo sus oídos, un estruendo se escucho tras ellos asustándola aun mas, no entendía que pasaba y solo podía recordar todo el miedo que vivió el último mes. Tenía mucho miedo, su imaginación la llevaban a una y mil situaciones donde aquellos monstruos volvían para hacerle daño. Aterrorizada comenzó a sollozar pidiendo a su Tita que se detuviera.

— ¡Basta! ¡Quiero ir a casa! ¡Tengo miedo! —Lloriqueo la niña.

— Eva tranquila, pronto llegaremos al barco. Necesito que seas una niña valiente — Pidió Irina mirándola por el retrovisor.

Sabia lo asustada que estaba la niña pero en ese momento no podía detenerse a pensar en sus miedos, le preocupaba más que una bala la atravesase o que el auto chocara. Irina logro darle a una de las ruedas del auto consiguiendo que este perdiese el control, eso les daría tiempo. La radio volvió a sonar y supieron que ya no tenían salida, habían perdido su ventaja y ahora podía escuchar las sirenas de las patrullas en las calles contiguas.

— En nombre del departamento de policía ¡Deténgase ahora mismo! — Grito un policía por medio de un megáfono. No tardaron en ver al menos tres patrullas tras ellos.

Alexander rápidamente comenzó a desviarse entre las calles con tanta brusquedad que los bolsos en la parte trasera se movían de lado a lado, Eva permanecía encogida en sí misma y se aferraba al cinturón con fuerza, estaba aterrada y gritaba cada vez que Alexander giraba.

— ¡Dispárales! Están muy cerca — Grito el chico al ver que comenzaban a hacerles una encerrona.

Irina no lo dudo y asomo su cuerpo por la ventanilla, tomo su arma y disparo nuevamente, esta vez con menos precisión pues el auto se movía demasiado. Debía cuidar la cantidad de balas que le quedaban o estarían en problemas. No quería asesinar a nadie si la niña estaba con ella, pero no tenía otra opción, disparo al cristal de la patrulla varía veces hasta que una mancha roja se esparció por el cristal y la patrulla se desvió chocando contra una tienda. Un fuerte golpe la hizo sobresaltarse y se aferro con fuerza al cinturón para no caer. Otra de las patrullas había llegado hasta ellos y no dudo en envestirlos.

Eva comenzó a gritar aterrada por el movimiento y los disparos mientras Alexander intentaba mantener el control del auto. Irina intento dispararles pero estaban demasiado cerca, si asesinaba al conductor Eva lo vería y desde donde estaba no podía disparar a las ruedas. Pero de pronto Alexander sorprendiéndola saco un arma de su pantalón y soltó el volante para poder salir por la ventana, Irina rápidamente tomo el volante para no estrellarse y vio como el chico sin pensarlo saco el brazo y disparo a la patrulla varias veces antes de que estas se desviara hacia un lado estrellándose.

Irina. Bienvenidos al infiernoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora