Capitulo. 36

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Cuando gasto todas las balas que tenia se decepciono, entonces unos aplausos la hicieron volver a la realidad y rápidamente se puso alerta. Tras ella se encontraba moreno bastante alto y que al parecer amaba ejercitarse, pues su cuerpo parecía sacado de alguna película de acción. Pero sin duda lo que más llamo su atención fue la ropa militar que portaba

— Vaya... Impresionante. —Comento el hombre con una sonrisa ladina. — ¿Qué tal si probas con una de estas bellezas? – Pregunto de una forma burlona que no le gusto. No entendía mucho de lo que decía, pero en cuanto coloco un bolso lleno de armas sobre la mesa su corazón comenzó a palpitar cada vez más rápido.

— ¿Una M60?... Sabes que estamos solos y con una de estas puedo volarte la cabeza y salir de aquí ¿Verdad? — Pregunto con gracia, le sorprendía la poca seguridad que existía en ese lugar.

— Intenta si quieres pero solo lograras que te mate. — Advirtió.

Irina se encogió de hombros y apunto con el arma dando de nuevo a los blancos. Así pasaron parte de la mañana, el hombre la hizo probar su puntería con infinidad de armas, sin embargo luego de usar una ametralladora y causar gran alboroto por el ruido el hombre la detuvo.

— Bien, has probado que puedes disparar lo que sea, veamos que tan buena eres peleando —Y tras su extraña prueba le arrojó un cuchillo que atrapo al vuelo.

— ¿Es en serio? — Su confusión en monumental, ¿Para que la mantuvieron alejara de las armas todo ese tiempo si ahora se las daban en bandeja de plata?— Déjate ya de tonterías hombre, supongo que solo intentas probarme, pero te bastará con preguntarle a tu jefe. Esto es absurdo. — Replico.

Pero el moreno solo la ignoro, y en cuanto él se puso en guardia Irina no tuvo más opción que dejar a un lado su altanería, dispuesta a luchar a muerte si lo necesitaba. Había tenido muy buenos maestros en el combate cuerpo a cuerpo, Liam siempre procuraba no dañarla, pero los hombres de su padre ni se inmutaban.

El moreno al ver que la chica no se movía sonrió, pensó que la rubia estaba asustada por su diferencia de tamaño y fuerza, pero al ver su rostro serio y sin rastros de expresión alguna, su sonrisa se agrando... Esa chica no estaba asustada en lo absoluto.

Sin pensarlo más lanzo un primer ataque que ella esquivo rápidamente y aprovecho el movimiento para darle una fuerte patada en el estomago que lo desequilibro. Irina ni se inmuto y cuando este intento lanzar otro ataque la chica lo esquivo nuevamente aprovechando para tratar de cortar su costado, pero el hombre que ya esperaba esa acción movió su cuchillo rápidamente pasándolo muy cerca del ojo y en consecuencia cortando su pómulo.

— No creas que me ganaras tan fácil. — Se burlo el hombre observando como ella se limpiaba la sangre con rabia.

Irina respiro para desaparecer su enojo y lanzo un ataque rápido que el hombre no esperaba, cortando parte de su brazo.

— No bajes la guardia cariño, tú tampoco me vencerás fácil. — Contesto antes de lanzar un nuevo ataque que él esquivo por los pelos.

Comenzaba a molestarlo y en consecuencia el moreno se volvía más certero. La clave en esos combates era desesperar a su contrincante para crear aberturas que pudiese usar, pero el chico no parecía caer en su truco. Irina comenzaba a cansarse así que como recurso final y haciendo uso de sus buenos dotes de actuación, se detuvo y arrojo el cuchillo al suelo clavándolo en la arena.

— ¡Esto es absurdo! Si vas a matarme hazlo de una vez. — Se quejo como una niña.

El hombre la miro sorprendido ¿A dónde se había ido toda la serenidad y valentía de la chica? Pero aun así y dispuesto a darle una lección se acerco con el cuchillo en mano. Irina sonrió, había caído en la trampa, y cuando este lanzo un ataque directo a su rostro, la chica se agacho y con agilidad saco el cuchillo de la arena, rápidamente se escurrió por uno de sus costados y se colgó de su espalda tirándolo al suelo.

Irina. Bienvenidos al infiernoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora