Capitulo. 54

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En silencio Irina llevo a Eva de regreso a la habitación seguida por un preocupado Alexander, y como si de un muerto viviente se tratase, la dejo bajo el cuidado del chico mientras ella se daba un baño. Necesitaba pensar antes de hablar con la pequeña. El agua se encargó de borrar los rastros rojizos que quedaban sobre su piel, la sangre se mezclaban con el agua y desapareciendo en el desagüe... Aquello era lo último que quedaba de sus hermanos, pues no tendría una tumba a la cual visitar, o fotografías, ni siquiera podría buscar sus rostros en las noticias o registros funerarios pues para el resto del mundo ellos nunca existieron. Sus hermanos terminaron por convertirse en cadáveres desconocidos, sin historia. Sus pensamientos no tardaron en generar aquel molesto nudo en su garganta que apenas y le permitía respirar.

"¡Basta! ¡Basta ya! Deja de ser tan tonta. ¿En serio seguirás llorando? Sabes muy bien que llorar nunca ¡Nunca! Ha resuelto nada...

Llorar solo sirve para dar pena a los demás, llorar no resuelve los problemas... Llorar no te regresara a Liam."

Se regaño a sí misma una y otra vez hasta que salió de la ducha, no podía ser débil, no en ese momento. Debía ocuparse de Eva. Así que en cuanto abrió la puerta se fijo en la niña, esta hablaba tranquilamente con Alexander contándole sobre un juguete que llevaba. En cuanto Alexander la vio salir supo que debía apartarse por un rato y se despidió de la pequeña rogando porque ambas contasen con la fuerza necesaria, en cierto modo su optimismo le decía que estarían bien... Pero solo el tiempo le daría la razón.

— Eva, debo hablar contigo chiquita — Susurro Irina sin saber realmente por dónde comenzar. ¿Cómo podía explicarle? ¿Qué era lo correcto? ¿Qué debía ocultar y que decir?

— ¡Tita mira! Tío Lucas me dio esta muñeca antes de irse. — Chillo la niña mostrándole una muñeca.

— Es muy linda... — Intento sonreír pero no lo consiguió. — Eva hoy paso algo malo. — Susurro sintiendo como el corazón volvía a rompérsele en pedazos, la niña no tardó en mirarla confundida. — Tío Liam y tío Lucas... No podrán volver nunca más.

— ¿Se metieron en problemas? — Dudo la niña más astuta que nunca. — Podemos ir a casa, allí los malos no los encontrarán.

— No Eva. A esto no hay solución... — Susurro sin saber cómo continuar, la niña no tardó en saltar enojada negándose una y otra vez a que no existiese solución. — Ellos han muerto Eva... — Termino aceptando frente a la pequeña, tal vez no era la mejor manera de hacerlo, pero ya no sabía cómo.

Sin embargo Irina no tardo en arrepentirse pues la dulce sonrisa de Eva desapareció por completo, sus ojitos se encharcaron en lágrimas mientras que sus ojos solo reflejaban el más puro miedo. No quería hacerle eso... Eva no merecía sufrir también.

— No... ¡Mientes Tita! ¡Mientes! ¡Él me lo prometió! — Sollozo la pequeña a lo que Irina tan solo pudo contenerla entre sus brazos. — ¡Me prometió que regresaría! Que iríamos a comer helado ¡No puede romper su promesa!

— Eva lo siento...Hoy ocurrieron muchas cosas feas...Y tu tío Liam fue un héroe, uno como los que ves en la televisión — Su voz se quebró, no podía soportar ver a la niña llorar.

— ¡No! ¡No! Yo quiero a mi tío Liam, quiero ir a comer helado con él y... Y quiero que me lleve a la escuela y me cante, y me cuente cuentos en la noche... — Chillo la niña tirando de la ropa de Irina en su desesperación.

La niña comenzó a llorar desconsoladamente e Irina no pudo hacer más que abrazarla, debía darle seguridad y fuerza a Eva, aunque ella misma no la tuviera. La pequeña pelirroja se aferro a ella envuelta en un río de lágrimas, por mucho que Irina intento calmarla la pequeña solo balbuceaba entre sollozos. Le destrozaba el alma verla su rostro contraído del dolor. Pero al final no pudo hacer más que llevarla a la cama; consumida por su tristeza y dolor, Irina se recostó a su lado, tan solo observando su enrojecida carita, rogando por qué al día siguiente su dolor hubiese disminuido. Ella también estaba agotada pero aun así no pudo dormir. Solo podía pensar en las palabras de Ruth, una parte de ella quería volver junto a Axel y destruir a todos aquellos que le había hecho daño, incluso quería asesinar con sus propias manos a los policías que había disparado a Lucas y Liam... Sabía que esos hombres no tenían la culpa pero quería verlos sufrir. Quería venganza.

Irina. Bienvenidos al infiernoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora