CAPÍTULO 19

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Desde que pasó eso había aprendido a domar un poco más mis sentimientos, a controlar mi pulso estando cerca de él, a hacer aparecer una sonrisa con mis amigos, James y mi familia, y, luego de un día agotador, dejar salir las lágrimas por la noche. Esa me parecía la única manera para sobrellevar las cosas hasta que el apagón en mi corazón fuera una cosa permanente. Prefería no sentir, a sentir todo aquello.

Lloraba por lo que sentía.
Lloraba por mis horribles actos.
Lloraba por mis desgarradoras palabras.
Lloraba porque sabía en lo que me había convertido.
Lloraba porque no podía contarle a nadie.
Lloraba porque no merecía ser consolada.
Lloraba porque mi estúpido corazón no podía conformarse con las maravillosas cosas que tenía.
Lloraba porque la ilusión de algo con Harrison había sido lo más malditamente real en mi vida.

Lloraba por lo que nunca fue.

Y, era consciente de que era mi culpa, yo fui quien no lo dejó ser.

Pero... Esa noche en casa de Sabrina, pretendiendo que las cosas podían ser como en los viejos tiempos, me di cuenta de que el obstáculo era yo.
Ella estaba parada frente al espejo haciendo un lindo tono de rojo en sus labios usando tres distintos labiales.

¿Qué te parece? —me preguntó. Yo me hallaba sentada en la cama con el pijama puesto y las piernas cruzadas, jugando con las plumas de una boa morada que ella me había colocado alrededor del cuello

Está lindo

¿Agregarle brillo sería mucho? —se rio

—le dije viendo la alfombra

Tienes razón. Así está perfecto, y es aún más perfecto para mi vestido del sábado —chilló. Sonreí apenas

"Perfecto", estúpida palabra.

¿Y...? ¿No quieres verlo? —levanté la mirada, distraída

Claro que sí

Se metió en la puerta del armario y no tardó mucho en salir.
Su vestido aún estaba en la bolsa protectora con el logotipo de la lujosa tienda en donde lo había comprado, abrió el cierre y... Vaya, debo admitir que era bellísimo.

El color era negro, largo hasta el suelo y una abertura en un lado para hacer sobresalir una de las piernas, arriba de la cintura ceñida había encaje con formas delicadas para cubrir el busto apropiadamente y lo demás era una tela transparente color negra que formaba también el pecho y las mangas, supuse que también la espalda, también con encajes en las muñecas y casi hasta los codos.

Es... Wow —fue lo único que le dije. Volvió a chillar

Costó una fortuna, pero mamá dijo que entonces sería su regalo

Te verás realmente hermosa —le aseguré

Oye, aún falta que te consigamos uno a ti, después de todo eres la novia y mejor amiga de los festejados —cerró el cierre y regresó el vestido el armario— Claro que tiene que combinar con el traje que le elegí a James

Yo sabía a qué se refería aquello, visitaríamos un montón de lugares y tiendas buscando el vestido que más fuera del agrado de Sabrina, sin llegar a opacar el que ella usaría, aunque ese año sería casi imposible. Lo pagaríamos con la tarjeta de crédito que tenía, gracias al fondo que me había heredado mi padre, y yo haría una mueca al ver el monto total, oh, y eso sin contar los zapatos y la joyería.

¿El tema cuál será? —le pregunté cuando ella volvió a verse al espejo

Algo sencillo, blanco y negro

SIEMPRE FUISTE TÚDonde viven las historias. Descúbrelo ahora