Cuando mamá me llevaba al instituto mantuvimos una conversación acerca de mi relación con Harrison. Le conté sobre cómo era él y hablamos de lo extraño que era el hecho de que se hubiera ganado el afecto de Scarlett en un santiamén, tanto como para invitarlo a su recital.
Y, aunque era un hecho que yo intentaba ignorar, no sonaba tan feliz como cuando hablaba de mi relación con James. Seguía en su postura de "Te apoyo, sólo quiero que seas feliz" y eso era lo importante, pero, en su interior, todavía no aprobaba mis acciones.⚫~•⚫•~⚫
Me dirigí a mi casillero para recoger un par de libros y dejar otros que no necesitaba por lo pronto, estaba en ello cuando Dylan y Hailey llegaron.
—Hola —los saludé con una sonrisa
—¿Qué hay? —dijo Dylan
—¿Cómo estuvo el desayuno?
—Normal —se encogió de hombros Hailey— ¿Cómo estuvo tu día en el zoológico? —cerré el casillero y comenzamos a caminar al laboratorio
—El zoológico, bien. Pero Harrison y yo tuvimos un problema —hice una mueca
—¿Qué ocurrió? —Dylan alzó las cejas
—Se enteró de una mentira que le dije hace un par de meses y, con todo el derecho, me dijo que necesitaba tiempo para pensar —mordí mi labio— No terminó conmigo ni nada, pero se encuentra algo molesto y triste
—Vaya... —suspiró Hailey— ¿Qué mentira le dijiste?
Les hablé sobre lo que había pasado en ese entonces, sobre lo que sentía y cuál fue la estúpida salida que quise tomar.
No se compadecieron de mí, porque todos sabíamos que lo que había hecho estaba mal, sólo me dijeron que le diera lo que me había pedido, tiempo.⚫~•⚫•~⚫
Llegamos al laboratorio con Wayfarer pisando nuestros talones, saludó a la clase y se puso a acomodar sus cosas.
Harrison estaba en nuestra mesa con expresión aburrida, mi estómago rebotó cuando levantó la vista y nuestras miradas chocaron, me obligué a no dejar de caminar hasta que llegué a mi asiento.—Hola —murmuré. Aunque toda la clase estaba hablando
—Hola —me dedicó una media sonrisa
Nos quedamos en silencio por al menos un minuto, rogaba al cielo y a la vida que Wayfarer se diese prisa en comenzar la clase, pero su atención parecía estar sumergida en su computadora.
—Hablé con mi madre ayer —escuché, eso hizo que mi mirada se dirigiera de nuevo a él
—¿Sobre qué?
—Sobre... —ladeó la cabeza— Ti
—Oh —fue mi única palabra
Dios, Harrison, deberías hablar tus problemas con alguien más, pensé.
Su madre terminaría odiándome, y claro, era mi culpa. Pero saber ese hecho me inquietó y me hizo sentir culpable.
Era su madre y podía contarle lo que fuera, además, era excelente que existiera esa confianza.
Estúpida Violet.—Y me hizo ver algo muy importante —admitió
—¿Qué cosa?
—Que me mintieras aquella vez estuvo mal —asintió— Y obviamente no estaba fuera de razón al sentirme así cuando lo supe —ahora asentí yo— Cuando me dijiste eso... Que tú y tu hermana habían disfrutado estar con James, haciendo algo que había prometido hacer yo... Me hizo sentir saudade —no hizo falta que preguntara el significado de aquella expresión, pues se apresuró a explicarme— Sentir nostalgia, deseo o añoranza por algo que no tienes. Es algo muy común, pero sí que dolió —suspiró— Mas en el pasado no fuiste la única que hizo daño. Es decir, yo nunca mentí, pero también te lastimé —hizo una mueca— Aún luego de lo que hice el domingo, encontraste la manera de perdonarme —bajó la mirada— Entendí que debía hacer lo mismo
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SIEMPRE FUISTE TÚ
RomanceViolet Moore, una chica que todos creen "Perfecta". Cuya vida es "Perfecta". Desde el novio perfecto, la mejor amiga perfecta, la familia perfecta, los amigos perfectos, hasta la casa perfecta, el auto perfecto, la ropa perfecta, las calificaciones...