CAPÍTULO 58

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¿Qué opinas? ¿Crees que es lo suficientemente grande? —me preguntó Sabrina

Nos habíamos pasado toda la mañana del sábado visitando posibles lugares para comenzar con su estudio de modas.

Absolutamente —dije mientras verificaba la hora en mi teléfono

No era que no me gustara acompañarla, es sólo que Sabrina era una de esas personas que te pedía la opinión sinceramente queriendo saber qué pensabas, pero al final siempre tomaba las decisiones sólo tomando en cuenta su propio criterio.
No importaba si me gustaba o no, si creía que era lo suficientemente extenso, ella escogería el que más le gustara y ya, yo sólo era una acompañante.

Y la ubicación es excelente, el apartamento de Alex y James queda como a cinco minutos conduciendo —se puso el índice en la barbilla— Puedo imaginar cómo quedará cuando le dé forma, pintura, alfombra, muebles...

Ya debemos irnos, si queremos llegar a la hora acordada —musité

Podría hacer un pequeño almacén en la parte de atrás, para el material, las telas... Me gustaría reemplazar la pared del frente con cristal y exhibir algunos escaparates con mis primeros modelos, pero no quiero que la gente lo confunda con una boutique, ¿Crees que lo harían? —se volteó a verme

Creo que tengo hambre y que ya son las 11:45 —declaré

Bien, tú ganas... —se rio y volcó los ojos.

⚫~•⚫•~⚫

Podré ser el novato, pero al menos no vomité como él —presumió Dylan

¿Podrías no hablar sobre escenas del crimen cuando estamos comiendo? —se quejó Emma

Ni describirlas... —Sabrina se veía asqueada

Delicadas —bufó mi amigo— Hai nunca se queja

Hailey abrió un poco más los ojos mientras cortaba su omelette en silencio.

Porque es tu novia —replicó Alex

Es cierto —se rio James

¿Te disgusta que hable sobre mi trabajo? —Dylan se volteó a verla

Por supuesto que no

¡¿Lo ven?! —se jactó con victoria. Varias personas en el restaurante se voltearon a nuestra mesa al escuchar el alto tono de su voz

Todos estamos de acuerdo con que eso tenía que responder ella por obligación, ¿No? —se rio Stella

—Alex hizo lo mismo antes de beber un sorbo de jugo de naranja

No es así, ¿Cierto? —Dylan de nuevo interrogó a la otra

Ya, por Dios. Dylan, ese no es un buen tema de conversación cuando estamos en la mesa, ¿Okay? —intervine— Y claro que Hailey te escucha con gusto, así hablaras acerca de la cosa más aburrida del mundo, ella estaría encantada de oírte

Todos me dieron la razón y Hailey pareció apenada con las mejillas encendidas.

Por eso adoro a mi chica —se encogió de hombros con una gran sonrisa justo antes de inclinarse hacia ella para plantarle un ruidoso beso en la mejilla

Ellos dos eran, sin duda, mi (Todavía) pareja favorita. Llevaban años juntos, pero la chispa de su relación no había perdido ni un poco de intensidad, ella se seguía apenando cada vez que él le daba alguna muestra de afecto en público y Dylan aún la veía como si fuese la cosa más hermosa que existiera, no necesitaba decirlo, "Soy afortunado" era lo que se leía perfectamente en sus ojos cada vez que Hailey estaba cerca.
Habían tenido sus inconvenientes a lo largo de los años, claro. Los padres de Dylan tardaron algunos meses en aceptar por completo a mi amiga, según me contaba él por teléfono, creían que podía encontrar algo mejor, una chica que hablara más y estuviera a la altura del carisma de su hijo. Hailey había estado a punto de terminar con él cuando Dylan prometió ir al partido de soccer de uno de sus hermanitos y éste se lo perdió debido a que simplemente lo olvidó, el pequeño Mason se puso muy triste y no jugó tan bien como de costumbre. Una vez pelearon como por una semana a causa de una de las compañeras de clase de Dylan, pues esa chica pretendía sin duda gustarle a él y lo había convencido de darle algunas lecciones de francés (El idioma que mi amigo dominaba), Hailey no estaba muy contenta con ello, pero Dylan le decía una y otra vez que estaba exagerando con los celos, hasta que, en una de esas clases casuales, su estudiante intentó besarlo, entonces paró con aquello y le pidió disculpas a su novia. Pero, sin duda, el mayor susto que se llevó ella fue en mi tercer año fuera, cuando teníamos 22 y creyó que estaba embarazada, todo resultó ser una falsa alarma, pero Hailey estaba como loca y casi tomé un vuelo de emergencia para apoyarla (Nunca se lo comentó a Dylan).
El caso era que... Seguían ahí, su relación era fuerte y su amor estaba intacto.

SIEMPRE FUISTE TÚDonde viven las historias. Descúbrelo ahora