CAPÍTULO 35

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El partido había terminado unos quince minutos atrás cuando Dylan salió de los vestidores, mucha gente aún se encontraba en el campo y, al verlo, le dedicaban felicitaciones por la victoria o palmadas en la espalda.
Nos localizó a mí y a Hailey en las bancas, donde antes solían estar los jugadores.
Llevaba su bolsa de entrenamiento cruzada, para que quedase a la altura de su espalda baja, con la correa atravesándole el pecho, además de la chaqueta del equipo; La típica chaqueta de cuero color rojo tinto, por el equipo, con las mangas y algunos detalles de color entre amarillo y marrón, su número y apellido en la espalda, en el lugar sobre su corazón, el logo del instituto.
Tenía el cabello mojado, evidencia de su reciente ducha.

Oh, son las mejores —nuestro amigo se mordió el labio con una enorme sonrisa mientras se acercaba a nosotras. Hailey tenía el cartel que le había hecho a sus pies

No fue nada —ella se sonrojó

Por algo ganamos —le guiñó el ojo

Ahora fui yo quien mordió su labio, casi suprimiendo mis impulsos de soltar un chillido. Aquellos dos tenían una conexión realmente evidente.

¿No harán nada para festejar? —pregunté. Casi siempre solía haber fiesta en casa de alguno de los jugadores luego de los partidos, ganaran o perdieran

Mañana hay práctica, el entrenador dejará en la banca al primero que muestre señales de haber estado en una fiesta en lugar de descansando —se encogió de hombros mientras se metía las manos a los bolsillos

Eso no los detendrá a todos, seguramente —entrecerró los ojos Hailey

No, pero no voy a arriesgarme, además, debo poner "El ejemplo"

Pues, señor subcapitán, lo felicito por el gran partido de hoy —sonreí mientras le daba un abrazo

Gracias, nos estamos esforzando mucho

Y se nota, lo hicieron genial —asintió Hailey

Con un gesto, Dylan le indicó que se uniera al abrazo. Nos reímos mientras nos estrechaba.

Oh, mis admiradoras favoritas —canturreó

Abrí la boca para aclarar que el cartel había sido únicamente por parte de mi amiga, pero Hailey pareció leerme el pensamiento, porque me lanzó una mirada asesina, cerré la boca.

Dylan olía bastante a su colonia, y, al estar a la altura de su pecho, me resultó un mareo, mas, contrario a mí, Hailey parecía estar teniendo el mejor momento de su vida, con los ojos cerrados y las mejillas sonrojadas.

En serio, aprecio mucho su apoyo —nos seguía diciendo

Siempre lo tendrás —le recordé mientras me apartaba de él

Hailey iba a hacer lo mismo, pero Dylan deslizó su brazo alrededor de sus hombros, así que se quedó donde estaba.

Supongo que vinieron en tu auto, pero tranquila, yo llevo a Violet a casa, me queda más cerca que a ti —le dijo

Bien —asintió ella. Yo hice lo mismo

Hailey se alejó para recoger el cartel del césped.

Hey, ese me lo quedo yo —Dylan se lo quitó de las manos

Como quieras —se rio

Se verá bien en mi pared —dijo mientras comenzaban a caminar

Yo me distraje ya que muchos jugadores salieron del vestidor, estaban riéndose y empujándose. Sin pedirme permiso, mi mirada comenzó a buscar a Harrison entre el grupo. Fue imposible localizarlo debido a la lejanía, además de que todos llevaban la misma chaqueta.

SIEMPRE FUISTE TÚDonde viven las historias. Descúbrelo ahora