CAPÍTULO 36

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Me abrazó durante un par de minutos, saboreé lo bien que se sentía, la tranquilidad que me traía su aroma.

¿Violet? —me sacó de mi ensoñación

¿Sí?

No pretendo arruinar el momento ni nada, pero... Uno, ¿No crees que deberías cerrar la puerta? Y dos, ¿Hay alguien más en casa?

Una risa se escapó de mis labios y me aparté de él un poco.

Muy tarde, momento arruinado —rodé los ojos— Sólo estamos mi hermana y yo, pero ella ya está dormida —levanté un poco la cabeza para poder verlo— Y, no puedo ir a cerrar la puerta si no me sueltas

Oh, sí —parpadeó un par de veces y luego me liberó

Caminé y la cerré, luego recargué la espalda en ella. Mis ojos se posaron en él de nuevo.
Estaba muy despeinado, pero absolutamente atractivo.

¿Qué?

Tu cabello es un desastre —comenté— Me parece adorable

Mordió su labio y con las manos intentó acomodarlo.

¿Mejor? —preguntó avergonzado

Algo... —me encogí de hombros

Me parecía tan irreal que estuviera en mi casa y que ahora nosotros estuviéramos intentando tener algo. No tenía ni una maldita idea de cómo actuar.

Hizo un puchero.

Santo Dios, nunca lo había visto hacer un puchero. Acababa de enamorarme de nuevo.

¿Por qué estás tan lejos? —me cuestionó

¿Por qué no te acercas?

Una sonrisa apareció en sus labios, en menos de tres segundos ya lo tenía frente a mí.

¿Tienes idea de cómo vamos a comenzar a ser... Una pareja? —le pregunté. Porque justo en ese momento era algo extraño

Tengo una buena idea de cómo podríamos empezar —me clavó sus ojos

¿Cómo?

Su respuesta fue bajar la mirada a mis labios.

Me sonrojé y el corazón me dio un vuelco.

¿Y si...? Ejem, ¿Tenemos una cita? —le dije. El azúl regresó a mis ojos y pareció un niño al que le habían quitado su dulce

Suena maravilloso —asintió, mordió su labio mientras me pasaba los brazos por la cintura

Si cada pequeño paso que diéramos iba a provocarle eso a mi corazón, terminaría con un ataque cardíaco.

Me gustas mucho... —le dije mientras apartaba algo de cabello de su frente— Y puede que a veces me comporte muy melosa, si te fastidias, sólo debes decírmelo —una sonrisa se extendió de nuevo por sus labios

Presiento que va a encantarme

No soy mega cursi, tengo mis momentos —me encogí de hombros— Puede que sea un poquitín celosa, cosa de nada —me miró con los ojos entrecerrados— Presto mucha atención a los detalles, eso ya lo sabes, y... Bueno, lo demás ya lo irás descubriendo

Es lo que más deseo

Es algo tarde, ¿Tu madre no va a preguntarse en dónde estás? —me separé de él y le indiqué con la cabeza que fuéramos a la sala

SIEMPRE FUISTE TÚDonde viven las historias. Descúbrelo ahora