CAPÍTULO 42

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Lunes 06 de Mayo.

Ese día llevaba un segundo despierta cuando me di cuenta de que tal vez lo mejor sería fingir que estaba resfriada y no ir al instituto.
No era un día como cualquier otro.

Me obligué a mí misma a pararme de la cama y tomar una ducha con agua fría, para así poder tal vez quitarme la sensación de malestar en el estómago.

⚫~•⚫•~⚫

Llegué al instituto sola, mamá ya confiaba en que tenía los suficientes conocimientos y práctica sobre conducción como para llevarme el auto.

Intenté distraer a mi mente con cosas estúpidas, como calcular cuántos minutos faltaban para irme a casa de nuevo.

Trescientos ochenta y dos.

Mi único objetivo aquel día era no toparme con James en los siguientes trescientos ochenta y dos minutos.

Llegué al aula de Economía y ocupé mi asiento justo cuando daban el toque.
Dylan, Sabrina y Hailey entraron un segundo después; Por las miradas que me echaron, supe que durante el desayuno habían tocado el tema con los demás.

Hola —me dijo Hailey, sentándose tras Sabrina

Hola —intenté sonreírle

¿Cómo estás? —me preguntó Dylan. Giré en la silla para poder verlo

Bien —contesté. Mi sonrisa se degradó— Es... Extraño —me aseguré de hablar en voz baja para que Sabrina no pudiera escuchar

Me imagino —se encogió de hombros con una mueca

Sé que no debería serlo, es decir, estoy con Harrison... No tendría que preocuparme por qué día es hoy, supongo que ya no importa —mordí mi labio— Pero siento que estoy de nuevo en el día después de que terminamos, todo está volviendo...

Yo creo que es normal. Él... También se ve afectado —confesó

Buen día, clase —habló el profesor Preston dejando sus cosas en el escritorio

Me volteé hacia el frente y solté un suspiro, aún con mala cara.
Jugué con mis manos para no pensar en los recuerdos, para ignorar la sensación de que volvía en el tiempo.

⚫~•⚫•~⚫

Cuando caminábamos a la segunda clase, Matemáticas, Sabrina entró en los sanitarios cuando pasamos por ahí, Dylan y Hailey caminaban juntos un metro por delante de mí, hablando del partido de fútbol que aquel día tendría el equipo, jugarían en otro instituto por la tarde.
Mis pasos eran perezosos, sin ánimos, sentía que la mochila me pesaba toneladas, tenía la mirada en el piso y los brazos cruzados.

Hey —de pronto Harrison apareció a mi lado, se veía algo agitado, supuse que se había dado prisa para alcanzarme

Hola —le dije intentando no sonar como que estaba en un funeral, mientras seguimos avanzando

¿Qué ocurre? Toda la clase tuviste mala cara —se inclinó para observar mi rostro. Desvié los ojos— ¿Te sientes bien? —intentó hablarme en un tono meloso e hizo un puchero. Esbocé una leve sonrisa

Estoy bien —suspiré— No te preocupes

Claro que me preocupo —replicó— Y por supuesto que noto que tienes algo. No importa si no quieres hablar de ello, estoy aquí para ti

SIEMPRE FUISTE TÚDonde viven las historias. Descúbrelo ahora