CAPÍTULO 37

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Lamento hacerte esperar —habló Harrison con una mueca mientras se acercaba a mí. Me puse de pie y recogí mi mochila junto con la chaqueta

No hay problema, me ha gustado verte entrenar —le sonreí

Y a mí el saber que estabas aquí —me tomó de la cintura y me acercó— Por mí

Olía a jabón y loción, su cabello estaba, si es que era posible, más oscurecido debido al agua.

No te des mucho crédito. Había muchos chicos musculosos... —me encogí de hombros— No fue toda una tortura tener que estar aquí

Sus cejas bajaron.
Estaba segura de que sabía que estaba bromeando, pero... Estaba celoso.

Eso no es gracioso —desvió la mirada

Oh, vamos... —sonreía para no reír

Estás oficialmente vetada de mis entrenamientos —soltó mi cintura, pero yo crucé mis brazos detrás de su cuello

Es broma —me reí esta vez— No hay ningún chico al que me interese ver, además de ti. Estaré sentada justo ahí —señalé con la cabeza detrás de nosotros, las butacas— Apoyándote sólo a ti en el mayor número de entrenamientos posibles

Me clavó su mirada, estaba serio pero se veía inseguro, de pronto me arrepentí de haber hecho ese comentario.

¿Sólo a mí?

Sola y exclusivamente a ti —rocé su nariz con la punta de la mía— Ningún otro chico me parece más atractivo o me gusta siquiera, no son tú —deposité un beso en su comisura, que pronto se elevó en una sonrisa un tanto engreída

Todavía no me convences...

A ningún otro chico le permitiría estar así de cerca de mí, a ningún otro le permitiría... —sus brazos volvieron a enredarse en mi cintura, acercándome aún más. Me coloqué un poco de puntas para poder llegar a su oído y susurrar la última palabra— Besarme

Sentí tanta satisfacción cuando pude ver que un escalofrío lo recorría.
Cerró los ojos para controlarlo, mas la engreída sonrisa seguía en sus labios.
Cuando los abrió (Luego de deslumbrarme por enésima ocasión a causa del tono eléctrico) me acerqué para besarlo.

Pero en un rápido movimiento me soltó y escapó de mi alcance.
Fruncí el ceño.

Yo también puedo jugar —su sonrisa era aún más presumida. Alcé una ceja mientras lo veía darse la vuelta y comenzar a caminar

Sí, bueno, si no quieres que te bese, no lo haré —me encogí de hombros mientras lo seguía— Pero tampoco dejaré que me beses

Guardó silencio y creí que la victoria era mía. Eso sólo duró nueve segundos.

Oh, no planeo pedirte permiso.

⚫~•⚫•~⚫

Mientras Harrison conducía su auto hacia un destino que era anónimo para mí, me dediqué a observar su perfil.

Lo hacía sin intención de ocultarlo y él, en vez de sentirse incómodo o mostrar pena, sonreía de la misma manera que en el campo.
Llegó el momento en el que yo fui quien se sintió apenada, porque desvié la mirada sintiendo el rostro tibio.

Dios... Ni siquiera me había mirado y había logrado que me sonrojara.

Estúpida Violet, ¿Por qué este chico tiene que ser tu debilidad?
Este chico con excesiva confianza en sí mismo y conocimiento de lo fácil que le es ponerte a sus pies.

SIEMPRE FUISTE TÚDonde viven las historias. Descúbrelo ahora