𝒕 𝒐 𝒓 𝒎 𝒆 𝒏 𝒕 𝒂 / trueno

•CAPÍTULO 63•

-Narra Alisson.

Sé que lo dice forzado, ni si quiera me mira, una cosa es que lo dejemos y otra es que yo no sienta nada de un momento para otro, ¿le quiero? Obviamente.

Bruno: mirá, esto te hace bien - extendió la mano, tenía un porro.
Alisson: Bruno.. no sé - le miré.
Niccolo: posta, te hace olvidar todo, créeme - se rió.
Alex: además, es sólo una vez, no va a pasar nada.
Alisson: no sé wachos - susurré.
Manuel: no creo que sea buena idea bros.
Alisson: ¿por qué no?
Manuel: vos no sos así Lisi - me miró.
Alisson: obvio, yo soy la santa que no hace nada, que nunca dio un beso, no garchó, no fumó, no tomó, soy un ángel, ¿no?
Manuel: no me refiero a eso Lisi, pero posta, no lo hagas - suspiró.
Alisson: está bien, lo haré - agarré el porro de Bruno.

Mateo solo me observaba, cada movimiento que hacía, cada palabra que pronunciaba.

Mateo: no - me miró.
Alisson: ¿no?
Mateo: vos no vas a fumar hierba Alisson - me agarró del brazo para quitarme el porro.
Alisson: ¿vos me lo vas a impedir?
Mateo: si, yo te lo voy a impedir.
Alisson: ¿posta? - me reí - Vos sos el que no sos capaz de dejarla.
Mateo: por eso mismo no vas a meterte en esto - se levantó, estábamos muy pegados, muy juntos.
Alisson: vos no me decís lo que hacer - subí la vista a sus ojos.
Mateo: te he dicho que no vas a fumar eso - me miró a los ojos, su voz sonaba fuerte, seria.

No podía articular ninguna palabra, estaba paralizada por su mirada fría, su mano en mi brazo deteniéndome para que no fume.

Todos no miraban, sin decir nada, sabían que era una situación difícil para los dos.

No es fácil llevar una ruptura y menos de una relación tan intensa.

Nuestras respiraciones chocaban, tragué saliva, estoy muy nerviosa.

No sé cómo lo hice pero me solté de su agarre, él me miraba fijamente, saqué un prendedor y lo encendí mientras le miraba. Estaba tenso.

Poco a poco me lo lleve a los labios, lo coloqué en mi boca y di una calada suave mientras miraba fijamente sus ojos.

Su mandíbula se tensó, su rostro cambió, estaba enojado, con rabia, su mirada ardía.

Mateo: sos una idiota - susurró.
Alisson: - solté el humo en su cara - No más que vos.
Mateo: estás haciendo el ridículo - me agarró la mano donde tenía el porro.
Alisson: soltame Mateo.
Mateo: si das otra calada más, olvidate de mi para siempre.

¿Cómo? Él puede llegar a la casa fumado, tomado y lastimado, y yo no puedo probar un porro. ¿Perdona?