Gabriel caminaba por la mansión, ya no quedaban rastros del paso de Emilie por ahí, sus esculturas fueron retiradas, y la mayoría de los cuadros también, el platinado pensaba que había sido una pésima idea llenar la casa con representaciones de su esposa, por más que hayan sido hechas cuando ella estaba con vida, no tenía caso mantenerlas por tanto tiempo.
El único cuadro que quedaba era el de su despacho, el que ocultaba la caja fuerte y daba entrada a la guarida, el quería quitarlo también pero era demaciado complicado por lo antes mencionado, así que decidió conservarlo como la ultima prueba de su ex esposa.
Tras varios minutos de caminata y sentirse a gusto con los cambios, subió a la planta alta y golpeó tres veces en la puerta de la habitación de su hijo, del otro lado se oyó una voz femenina que le permitió entrar y este hizo caso; del otro lado estaba Nathalie parada con un brazo en su espalda y el otro sosteniendo un libro, sobre el escritorio estaba Adrien copiando las cosas que ella dictaba.
─Perdónen mi intromisión─ musitó apenado ─Nathalie me gustaría hablar contigo, ¿podrías venir luego a mi oficina?─ pregunto en tono tranquilo
─Estaré ahí en unos minutos─ contesto dejando de verlo, para volver a mirar el libro
El adulto cerro la puerta y bajo las escaleras a paso tranquilo, una idea había rondado su mente durante las últimas horas, Nathalie no podía seguir siendo Mayura, y mucho menos podía conservar ese prodigio, su salud empeoraria si continuaba en esa casa, y el ya no tenía motivos para conservar el broche de la mariposa, así que le propondría a su asistente hacer lo correcto y entregarles sus prodigios a los héroes de la ciudad.
Después de unos minutos tal y como acordo, la azabache entro en ese despacho con un semblante tranquilo, lucia hermosa cuando su rostro estaba sin preocupaciones, sus ojos cautivarán y su boca atrapaba, Gabriel se sonrojo levemente al pensar en tales cosas, los últimos días sus sentimientos se habían avivado, y hasta incluso fantaseo con hacer suyos esos labios que lo volvían loco cada vez que musitavan la palabra "señor".
─Señor Agreste─ hablo la mujer como si supiera su secreto, como si supiera que esa palabra le encantaba a tal punto que querer oírla el resto de su vida ─¿Que necesita?─ pregunto en tono tranquilo, mientras sostenía su tableta con una de sus manos
─Contarte algo─ replicó serio ─Nathalie, gracias al broche supe que la otra noche estabas muy molesta─ hace una pausa ─Y con justa razón, te falle, prometí no usar el prodigio y lo primero que hice fue romper esa promesa─ suspira
─No se preocupe, yo no debí exigirle nada─ desvía su virada sutilmente ─Usted es libre─ comento apretando con fuerza aquel aparato
─No soy libre. . .estoy atrapado en tu mirada, y de ella dudo poder salir─ dijo con pasión, ella lo mira atónita
─Gabriel─ musitó pero el no la dejo continuar, aun no había terminado con su discurso
─A lo que voy es─ continuo ignorando su intervención, era la última vez que sería así de grosero con ella, a partir de mañana una nueva vida vendría para ambos ─Quiero hacer las cosas bien, necesito que devolvamos nuestros prodigios, y empecemos una nueva vida. . .juntos─ concluyó mirándola fijamente
─¿Juntos?─ replicó con duda
─Si─ afirmo decidido ─Nathalie, no se que hacer para que veas que mis sentimientos son puros, sos la mujer que me saco de la penumbra, te quiero, y quiero hacerte feliz, nada mas que eso─ musitó acercándose a ella
─Esta bien─ contesto con tono bajo ─Entregaremos los prodigios, ¿pero a quien?─ pregunto confundida acercándose a el, quedando a solo unos centímetros suyo
─Solo hay una manera─ le agarra las manos ─Seamos villanos una ultima vez─ eleva sus manos sosteniendo las de ella, y le besa los nudillos, sin dejar de hacer contacto visual con la mujer
─¿Y luego?─ cuestionó con un leve rubor pintado en sus mejillas
─Lo que el destino quiera que pase, lo único que pido es que sea su tu lado─ llevaba las manos de la contraria hacia su mejilla y recuesta su rostro sobre ellas, creando una leve caricia forzada, una que la asistente permitió sin problemas, le agradaba el contacto con la piel de su jefe
Después de eso ambos entraron en la guarida, estando allí abajo se colocaron sus miraculous invocando a los kwamis que les pertenecían, y les compartían sus poderes.
─Nooro, lamento haberte tratado como te trate todo este tiempo─ se disculpo de forma sincera, estaba realmente arrepentido
─Maestro─ hablo el ser con algo de pudor ─Lo entiendo, estaba perdido, pero créame que había otras formas─ suspira ─Lo perdono y no le guardo rencor─ concluyó volando hasta el hombre para abrazar su mejilla
─Te voy a extrañar─ lloriqueo la criatura azulada, sin darle oportunidad a Nathalie de despedirse ─Fuiste la mejor Mayura que tuve, y la más fuerte─ se aleja ─Espero verte de nuevo en algún futuro─ guiña un ojo
─Gracias por tu asistencia Duusu─ agradeció la mujer en tono tranquilo ─Nuestro encuentro fue raro, pero lo aprecio mucho
Tras esa breve despedida, ambos dijeron sus frases y se transformaron, ya con sus trajes puestos, el gran ventanal se abrió, los dos se miraron fijamente y salieron al exterior, quedándose por unos minutos parados en el tejado de la mansión.
─Es una gran vista─ comento el enmascarado
─Lo se─ replicó ella
Los dos saltaron de tejado en tejado, y comenzaron a jugar una carrera en dirección a la torre Eiffel, quien perdiera debía entregar su prodigio primero.
Mayura fue la ganadora, el contrario era algo torpe manejando sus poderes, después de todo era normal, ya que se la paso todo el tiempo escondido en su guarida sin tener oportunidad de salir al exterior para combatir cuerpo a cuerpo.
─Lo siento Gabe─ musitó la mujer de forma risueña, sin percatarse que le había puesto un diminutivo ─Las veces que tuve que escapar dieron sus frutos─ río sentada en la cornisa de una viga
─Te deje ganar─ replicó pícaro, ella bufo
─¿Y ahora?─ pregunto confundida
─Veremos el atardecer y luego llamarás la atención de nuestros amigos─ guiña un ojo
─Tengo a la persona perfecta para crear un sentimonstruo─ ríe tapando su boca con el abanico
Gabriel se sentó a su lado y empezó a mirar el atardecer, la contraria dejo de reír y se concentró en la escena que ocurría frente a sus ojos, era una vista realmente hermosa, y digna de admirar.
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Miraculous: El precio de nuestro amor.
FanfictionNathalie debe pagar el precio de su amor por Gabriel, este en un último esfuerzo por traer de regreso a su esposa, la involucra en un plan que cambiará las vidas de ambos para siempre. [Los personajes no pertenecen, ellos son obra y creación de Thom...