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Gabriel llevaba fuera tres días, las cosas en la mansión iban muy bien, Nathalie recuperó su puesto, volvió a acomodar sus cosas ahí, y tiro algunas que la azulada había puesto, según ella eran cosas inservibles y esa mujer no regresaría más.

Después de una mañana llena de limpieza, la ejecutiva salio al patio trasero de la mansión, en donde Adrien se encontraba sentado en uno de los asientos leyendo el periódico, esa acción la desconcertó un poco, no por el hecho de que el modelo lea, sino porque en esa casa no se usa el periódico, las noticias se leían de forma digital hace años.

─¿De dónde sacaste eso?─ pregunto en tono firme demás del joven, este cerro el periódico lo dobló y trato de esconderlo de la vista de su asistente

─Nada Nathalie─ replicó nervioso, si esa mujer leía eso era el fin de todo,

─Acabo de verte con el periódico, no me mientas─ bufo rodeando el asiento para pararse frente a él

─Perdón Nathalie, encontré esto aqui tirado y quise darle un vistazo─ baja la mirada

─¿Y por que me lo ocultas?─ cuestionó extendiendo su mano

─Es que hay algo ahí que no te gustará─ comento y le entrego el papel

Nathalie lo tomo entre sus manos y lo desdoblo, automáticamente mira la primera página y se queda perpleja, el titular hablaba de Gabriel, pero no de una buena forma, sino de una a la que a esta nunca le hubiera gustado leer.

Gabriel Agreste, y su flamante acompañante, se muestran muy enamorados en la semana de los diseñadores.

Debajo del título habia una foto del diseñador y Lena abrazándose en lo que parecía ser un jardín, la ejecutiva soltó el papel en shock, no podía creer lo que leía, sin avisar sus ojos se empezaron a humedecer y la invadió una tristeza profunda. ¿Por que?, si se supone que ella tiene a Paul, que con el es feliz; ¿entonces por que le dolía tanto lo que su jefe hacia?

─Nathalie─ hablo el rubio parándose ─De verdad no quería que lo leas─ agrego con melancolía

─Me hubiera enterado de todas formas─ musitó en tono perdido ─No se ira─ replicó ─Va a volver, y será la señora de la casa, me despedirá y se quedará con todo lo mio─ hablo frenética ─Se convertirá en tu madre y te va a cuidar─ mira al rubio y una lágrima rebelde de triztesa desciende por su mejilla izquierda

─Nada de eso va a suceder─ la reconforto el rubio ─Tal vez sea un rumor tonto por verlo sin ti─ agrego y le seco la lágrima que caía por su mejilla, esta se sorprende, retrocede y se gira

─Los rumores surgen por algo─ comento mientras se tocaba la comisura de sus ojos, las sentía húmedas, quería llorar de tristeza, eso había sido mucho para ella aunque no entendiera por que

─Las cosas se solucionaran ya veras─ hablo el menor posando una de sus manos en la espalda de ella ─Debes tranquilizarte

─Tienes razón─ desvía su vista ─Te libérate de tus que haceres estos días─ hablo recomponiendose ─Si tu padre se divierte, ¿por que nosotros no?─ agrego viéndolo con un tono que si le prestabas atencion te hacia herisar la piel

─¿Estas hablando en serio?─ pregunto con algo de alegría, ella asintió

─Anda, haz lo que no puedes, pero no regreses muy tarde─ le advirtió y se retiró del lugar dejando al rubio muy contento

─Si estos siguen peleando tus cadenas desaparecerán por completo─ comento Plagg saliendo de su chaqueta

─¿La viste Plagg?, estuvo a punto de llorar─ comento levantando el papel ─Esta muy enamorada

─Esta sufriendo, eso no es estar enamorada, el amor no te hace doler─ replicó cruzándose de brazos

─Lo se, no entiendo porque papa se mostró con ella si recién la conoce─ comento confundido

─Tal vez porque esa mujer se asemeja a tu asistente─ sugirió en tono serio, era la primera vez que el habla así

─Tienes razón, hasta su apellido es similar─ suspira ─¿Que estas haciendo padre?

Se preguntó y salió del lugar, iría a visitar a Nino, ya que al tener el día libre podría hacer lo que quisiera sin que nadie lo cuestione. Adentro de la mansión Nathalie estaba en su habitación rompiendo objetos, lanzaba cuadros y cualquier cosa que se pueda romper contra la pared, también encontró una prenda que la mujer había dejado ahí olvidada la noche que usurpó esa habitación, y la rasgo toda con sus manos, la furia que tenía era tan grande que le dio fuerza sobre natural.

─Maestra tranquilicese─ hablo la criatura azul volando hacia ella, con cuidado de no interponerse entre las cosas que lanzaba

─¡No!─ grito ─Lo odio, lo detesto─ siguió gritando ─¡No puede hacerme esto!─ agarro un cuadro y lo lanzó

De pronto sintió una gran punsada, su tos regreso y termino arrodillada en el suelo tosiendo descontroladamente, el miraculous hacia efecto nuevamente y esta vez de una manera más potente que la anterior.

─Calmese, mi prodigio funciona con la emociones, y al estar roto causa un gran daño─ explicó el ser acercándose a ella, la mujer tosia mientras de sus ojos caían lágrimas

De pronto dejo de toser, aquel ataque había pasado, se recompusó levantándose del suelo y se sento en el borde de la cama mirando el desastre que había causado, la habitación era un caos.

─¿Por que me siento así?─ pregunto con su mirada perdida

─Maestra─ musitó la criatura volando frente a su vista, haciendo que esta la mire ─Usted. . .esta enamorada, puedo sentirlo─ hace una pausa ─Creo que esa es la razón de su dolor

─No puedo amarlo─ desvía su mirada ─El. . .jamás se fijaría en mi─ se levanta

─Si oculta este sentimiento será su final─ se acerca ─Mire como termino

─Debo ocultarlo─ sentenció ─No me voy a humillar, el no me ama, soy solo su asistente y nada más─ hace una corta pausa ─Además estoy con Paul─ agrego levantando una fotografía del suelo, una de ella con Emilie

─Como usted diga maestra─ se acerca a ella y se esconde dentro de su saco

Nathalie suspiro y entro en su baño, tomaría una ducha para relajarse de ese estresante momento, las cosas iban de mal en peor, y ahora debía sumarle el aumento de los daños de ese broche, cuanto antes debia conseguir esos prodigios y despertar a la rubia, para que su sufrimiento termine de una vez por todas.

Miraculous: El precio de nuestro amor.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora