Las horas habían pasado, ella sí había asistido tal como su amigo le había dicho. Se saludaron y conversaron entre sus amigos pero después de unos minutos Agustín no pudo seguir soportando el hecho de mirar a Carolina a la cara mientras a su lado estaba su novio de quien ella estaba enamorada, al cual él nunca debió haber visto ese día en el aeropuerto y así no tendría que soportar tanto remordimiento.Había salido del lugar, recurriendo a los malos consejos que tiempo atrás le habían dado.
En el tiempo que había salido de gira casi no lo hacía ya que el cansancio le aportaba a su problema y de cierta forma se lo solucionaba porque solo tenía que apoyar su cabeza en la almohada y dormía hasta la madrugada del día siguiente, era más de lo que podía obtener a comparación de las otras ocasiones, pero después ya no podía controlarse, era ansiedad pura y venenosa. Y la odiaba, no la soportaba y no encontraba forma de desaparecerla, a menos que volviera siempre por más de esa destructiva alternativa.
Benzodiacepinas (BZO). Su nueva receta que era sinónimo de tranquilidad pero también de destrucción si no se hacía uso responsable. Desde que esa persona le había asegurado que era una forma de librarse de todo, él había hecho caso y probó por primera vez y de ahí en adelante su uso fue frecuente, no quería llegar a la dependencia pero al paso que iba era ya un futuro prácticamente inevitable pero él no lo creía. Ni siquiera notaba como cada vez se hacía más dependiente de ese veneno que al instante lo transformaba pero que con el tiempo terminaría lamentando haberlo probado.
Caminó hasta la esquina donde había un grupo de jóvenes tratando de pasar desapercibidos y preguntó por lo que buscaba, se lo dieron, pagó y se alejó.
Sabía que podía conseguirlo en cualquier parte y agradecía por eso.
Ansioso por sentirse en la cima caminó hasta una silla en un parque que estaba enfrente del club del que minutos antes había salido, sacó la diminuta bolsa plástica con la sustancia y la depositó sobre la palma de su mano, tomó la pequeña píldora y la tragó, sin agua ni nada. Cerró los ojos relajándose, era casi mental que ya podía sentir como su cuerpo iba reaccionando a la droga. Era como si su alma que llevaba todo un tornado de emociones abandonara su cuerpo dejándolo vacío, completamente ligero.
Se quedó así hasta que sintió una presencia a su lado e inmediatamente abrió los ojos.-¿Por qué tan solo?
Él disimuló sus movimientos para desaparecer la evidencia que quedaba en su mano y contestar.
-Necesitaba aire, hay mucha gente allá dentro -respondió tratando de parecer lo menos nervioso posible.
-Sí, pero estás acostumbrado, te gusta la fiesta -bromeó.
-S-sí...pero estoy un poco cansado.
Cr-creo que me iré ya.-¿Estás bien? Te ves raro...pareces desorientado -ella lo estudiaba con la mirada, podía ver como sus pupilas estaban dilatadas y no podían quedarse fijas en un punto.
-Estoy bien. Deberías entrar, no puedes quedarte aquí sola. Anda entra -le ordenó un poco desesperado, se estaba sintiendo agobiado con la mirada inquisitiva de Carolina.
-No te veo bien, iré por Lucas o Maxi para que te ayuden -trató de dar la vuelta pero Agustín la tomó del brazo impidiendo que se moviera.
-No los necesito, estoy bien. Ahora solo entra y no les digas nada -el tono de voz que estaba usando no era el mismo con el que suele dirigirse hacia ella, estaba siendo brusco y demasiado directo.
-Me estás asustando Agustín -ese susurro acompañado de su mirada temerosa lo hizo volver un poco en sí y analizar lo que estaba haciendo.
-Perdón -murmuró soltándola.
-Déjame ayudarte -pidió ella.
-No puedes. Solo entra Carolina, por favor. Estaré bien.
-Avísame cuando estés en tu casa -finalizó la chica dejándolo ahí solo como él le pidió.
Las 4:40 de la madrugada hace dos horas había llegado a su departamento totalmente preocupada. No había recibido ni un mensaje ni llamada de Agustín. Algo estaba mal con él en ese momento, lo sabía. Su mirada no era la misma, él no era el mismo. Verlo de esa forma fue como si un ser desalmado y perturbado hubiese tomado su forma. Sintió miedo, por ella y por él. No quería volver a verlo de esa manera, era aterrador, descubriría que era lo que le estaba pasando y lo ayudaría, así como él en su momento lo hizo con ella.
Le escribió pero no recibió respuesta, ya agotada dejó que el sueño ganara y se fue a su habitación.
Agustín estaba bien. Llegó a su casa a las doce después de manejar como animal y saltarse más de tres semáforos en rojo. Apenas llegó tomó una pastilla más, se duchó y así moribundo se durmió sin avisar como se encontraba.~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~
Las benzodiacepinas son medicamentos que disminuyen la excitación neuronal y que tienen un efecto antiepiléptico, ansiolítico, hipnótico y relajante muscular. Se utilizan como tratamiento de:
Ansiedad generalizada.
Insomnio.
Fobias.
Trastorno obsesivo compulsivo.
Trastornos afectivos.
Esquizofrenia.
Ciertas urgencias psiquiátricas, como la agitación psicomotriz, el estrés ambiental o los trastornos de la personalidad.Ya saben que son las BZO
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Desde el alma [Aguslina]
FanfictionCarolina nunca entendió las razones de Agustín. ¿Por qué terminar una relación que estaba en su mejor momento? El tiempo pasó y conoció al "verdadero amor de su vida", Samuel. Para ella su relación con Samuel era perfecta, había estabilidad y eso er...