Desde el alma [Aguslina]

Capítulo 49

Capítulo dedicado a @stephany0306 por su apoyo y comentarios graciosos te quiero!!

Carolina lo había convencido de comerse por lo menos las frutas y ahora solo conversaban del aburrido color de las paredes.

Después de unos minutos de silencio Agustín soltó un suspiro y habló:

-Si quiero empezar a soltar todo debo decirte algo, Caro -bajó su mirada adonde estaban sus manos unidas y ella lo miro para que continuara -es algo que sé ya hace un tiempo y no quería decirte porque...tú...no lo mereces -tragó exageradamente-. Cuando viajamos a Europa vi a tu novio con una chica en el aeropuerto muy cariñosos, pero pensé que podían ser solo amigos -Carolina ya estaba temblando -luego de un tiempo volví a encontrarlos y me di cuenta de que...eran algo más -la chica inmediatamente empezó a llorar y él trató de consolarla.

-No quería decirte y cada vez que te veía la culpa me mataba -explicó rápido -de verdad lo siento, Caro, por la situación y por habértelo ocultado.

-Debiste decírmelo antes -habló un poco más calmada -debiste decírmelo desde el primer día Agustín.

-Perdón ¿Estás enojada conmigo?

-Debería, pero tu condición me lo impide, si no estuvieras en cama y todo herido seguro te abofeteaba.

Ella se secó las lágrimas y preguntó

-¿Hay algo más que deba saber?

Él tomó un largo respiro y volvió a hablar.

-No sé si deba decirte esto, pero supongo que como mínimo debo ser sincero contigo, pero no quiero que hagas nada al respecto.

-Ya habla Agustín.

-¿Prometes no hacer nada? Si haces algo solo traería más problemas.

-No prometo nada, ahora dime ¿qué más debo saber? -habló firme y Agustín soltó un suspiro de cansancio.

-Anteriormente he recibido llamadas de tu abuelo, donde me ha advertido de que debo alejarme de ti definitivamente y que él mismo se hará cargo si no me alejo voluntariamente. No me quiere a tu alrededor.

-No puedo creerlo, están locos, él y mi abuela aún no entienden que esta es mi vida y yo sé que quiero hacer con ella -habló enojada -ignóralo solo busca asustar.

-No lo creo...hay otra cosa que no sabes Car...
Se vio interrumpido cuando la puerta se abrió de golpe dejando pasar a una enfermera.

-Disculpen, pero es hora del baño del paciente.

Agustín se sonrojó y respondió al instante.

-Yo puedo hacerlo solo, no necesito ayuda.

-Es por seguridad, joven -contestó la enfermera -despídase de su novia. Prometo no tocarlo mucho señorita -le habló a Carolina y ésta se despidió torpemente tratando de ignorar el comentario de la señora.

Agustín no quería que se fuera, aún tenía que explicarle muchas cosas, pero ya era tarde, Carolina ya estaba cruzando la puerta de la habitación para irse.

Carolina salió del hospital con la cabeza hecha un lío, Samuel le había sido infiel y ya había pasado mucho tiempo y nunca tuvo el valor de decírselo y terminar. No quería saber de él, en realidad, no quería saber de nadie ni de nada así que se dispuso a buscar un bar. No entendía como no se dio cuenta antes, él mismo se lo había dicho esa vez "encontré algo mejor". Él lo había dicho y ella cegada por volver a estar a su lado las eliminó por completo de su memoria.

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Llegó y pidió una botella de lo más fuerte, bebió y bebió hasta que se agotó. No sabía cómo iba a irse de allí, nadie sabía dónde estaba. Tomó su celular y justo cayó una llamada de su hermana.

-Alooooo -dijo arrastrando las palabras.

-¿Caro? ¿Dónde estás? Agus me llamó y me contó lo qué pasó.

-¿A ti si te contó? -soltó una risita -porque conmigo se tardo un poquito en decírmelo...pero solo un poquito.

-Voy a buscarte no debes estar muy lejos del hospital. Quédate en donde estás y no hagas ninguna tontería, te hablo como hermana mayor, Carolina.

Solo pasaron unos treinta minutos cuando Natalia había encontrado a su hermana en un bar a dos cuadras del hospital en donde estaba Agustín.

-¿Cómo pudiste emborracharte? Odias el alcohol.

-Que lindo peinado tienes Nat.

-Ponte el cinturón, iremos a casa de nuestros padres.

-¡No!

-¡Sí!

-¡No quiero!

-¡No me importa! -entonces la chica empezó a llorar como una niña.

-¿Entiendes lo que estoy pasando? -preguntó a su hermana entre lágrimas -¡Yo creí ser amada! Siempre pensé que era él, que nos casaríamos, él decía quererme por siempre...

-Lo sé hermanita, pero no siempre debemos creer todo lo que nos dicen, no podemos prometer sentimientos porque ellos cambian constantemente, podemos prometer acciones como el "prometo llamarte para decirte buenos días". Pero no podemos prometer algo como "te amaré toda la vida". Simplemente no se pueden prometer sentimientos y ni siquiera podemos creer en nuestras propias promesas, todo es incierto, Caro -la más pequeña se aferró a los brazos de su hermana mientras soltaba todo el llanto.

-Vamos a casa con mamá y papá, seguro te hará bien. ¿Te parece? -la chica asintió y arrancaron directo a su hogar.

Lo que ninguna esperaba es que ese lugar era el último en donde encontrarían paz en ese momento.

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Un poco tarde pero hoy era la Red Bull Argentina y era obligatorio verla.

Drama para el próximo capítulo...
Lo que dijo Natalia viene de una cita súper épica de Nietzsche que voy a dejar aquí.