Capítulo 3

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Caminaba nervioso por el pasillo hasta que llegó a su puerta. Departamento 248, había visitado ya muchas veces ese lugar, casi que lo hacía todos los días, pero eso era antes cuando todo era diferente.


Tocó la puerta con dos suaves golpes, no obtuvo respuesta y ya estaba empezando a acobardarse pero al bajar la mirada vio como la puerta se abría.


-Lo que me faltaba-exclamó ella con cara de cansancio y fastidio, porque lo estaba, realmente se sentía cansada de todo, ya no quería seguir llorando por lo mismo pero no podía evitarlo, quería ir a trabajar feliz como lo hacía antes, pero no lo lograba desde que él ya no estaba para ella y lo que más le dolía es que le había prometido estar para siempre y al final la dejó, esperaba poder ser traicionada por cualquiera pero nunca por él.


-Hola... yo... quería verte-. Le dio una media sonrisa- ¿Cómo estás? -en ese momento se dio cuenta que era una pregunta tonta porque podía ser que ella no supiera porque él estaba allí pero él si sabía y sabía bien como ella debía sentirse. En su momento él también sintió algo parecido pero no podía compararse a lo de ella porque ella había amado de verdad, en cambio él, él solo lo había intentado- quiero decir que... bueno yo sé cómo estás... pero ya sabes es lo que se pregunta siempre y eso... no sé ni qué estoy diciendo lo siento-. Él en verdad no podía ni formular una oración simple. 


-¿Viniste a decir un trabalenguas? Digo, eso es lo que parece. Mira Agustín no quiero perder mi tiempo tengo cosas en que pensar así que si me disculpas -iba a cerrar la puerta pero el inmediatamente la tomó del brazo pero con la misma velocidad la soltó y dijo: -Carolina... permíteme pasar por favor.

Desde el alma [Aguslina] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora