Capítulo 48

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-¡Agustín! Agustín reacciona por favor -la chica comenzó alarmarse y gritó por ayuda, tomó el teléfono y llamó una ambulancia titubeando a la hora de dar la dirección. Inmediatamente llegó un guardia de la recepción al lugar y ayudó a poner de pie el cuerpo del chico, Carolina rápidamente inspeccionó el lugar y con ese vistazo localizó la cartera de Agustín donde suponía debían estar sus documentos, pero al agacharse a tomarla vio un pequeño sobre transparente con un polvo blanco, también lo tomó y salió tratando de ayudar al seguridad en lo que llegaba la ambulancia.

-¿Qué le pasó? -preguntó el paramédico mientras preparaba la camilla para subirlo.

-No sé, yo llegué y quedó inconsciente de inmediato -respondió entre sollozos.

-¿Estaba solo?

-Creo que sí -le costaba hablar, solo pensaba en si Agustín estaría bien.

-Llevémosle al hospital central, rápido.

-Los seguiré hasta allá, tengo auto.
El paramédico asintió y rápidamente arrancaron.

Atravesaron prácticamente corriendo el pasillo de urgencias y una enfermera empezó a preguntarle a Carolina sobre la situación.

-¿Cómo llegó a este estado?

-¡No sé! Estaba solo, cuando llegué tenía su departamento destrozado y de inmediato se desmayó -la enfermera asintió calmada como si nada estuviera pasando -¿usted se encuentra bien?

-¡Por qué me hace preguntas! Ayúdelo.

-Un equipo se está encargando de eso señorita, mi deber es saber los antecedentes de lo ocurrido. ¿Es familiar del paciente?

-No, soy una amiga.

-¿Podría localizar a la familia del joven? Por favor. Después venga para evaluarla y darle un tranquilizante -Carolina volteó los ojos pero hizo lo que le pedía.

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Sintió que dos horas fueron como un día entero y aún no recibían noticias, ya habían llegado Maxi, Esteban, Lucas, Julián y Malena. Habían llamado a los padres de Agustín y estos salieron inmediatamente de Córdoba pero aún no habían llegado.

-Familiares de Agustín Bernasconi -llamó un doctor alto y canoso, todos se pusieron de pie y prestaron atención.

-¿Quiénes son sus padres?

-No han llegado Doctor, somos amigos cercanos y él es prácticamente su responsable -explicó Maxi y señaló a Esteban.

-Bueno cuando sus padres lleguen necesito preguntarles por cierta información que aún no manejamos. El joven ya se encuentra mejor pero sigue sin despertar, le realizamos un lavado de estómago para eliminar un poco de la sustancia y que así el medicamento que le aplicamos para contrarrestar la acción del ansiolítico trabajara más rápido y así su sistema se regule y despierte cuanto antes. Obviamente también le tratamos las heridas y sobretodo el golpe de la cabeza, ya está fuera de peligro solo hay que esperar que el tratamiento haga su efecto.

-¿Lavado de estómago por qué? ¿Qué consumió? -preguntó Julián.

-El chico tomó Benzodiacepinas, son utilizadas para la ansiedad y el insomnio pero sin un control médico son dañinas, con el tiempo se acumulan en el organismo y eso es un problema porque después es difícil que la persona las deje, por lo general suelen usarse en casos especiales.

-¿Eso quiere decir que Agustín tuvo una sobredosis? -habló Carolina temblando.

-No, podría haber sucedido pero no, creo que el joven tiene el peso suficiente para aguantar la cantidad que consumió, pero su organismo estaba alterado en exceso y por eso no lo soportó. ¿Cada cuánto le recetó su médico esto?

Desde el alma [Aguslina] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora