Capítulo 44

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Agustín tardó en reaccionar a lo que estaba sucediendo. Besarla era su anhelo, siempre lo sería en todo momento sin importar la circunstancia, pero sabía que estaba mal. No por él, por ella, no podía permitirse que por su culpa nuevamente ella corriera el riesgo de no ser feliz, cuando ese pensamiento se instaló en él, se separó agitado por la falta de aire.

-No vuelvas a hacer eso -le dijo y ella solo pudo mirarlo confundida -no vuelvas a besarme porque no quiero perjudicar tu vida.

Ella sin aviso se volvió a acercar juntando nuevamente sus labios con pasión y urgencia hasta que ella misma decidió separarse y hablar.

-Tú no vuelvas a hacer eso -susurró con los ojos cerrados acariciando sus narices -no vuelvas a romper un beso que he empezado yo a menos que yo te lo pida.

Ella lo miraba con intensidad y él con sorpresa. Agustín por su parte solo confirmaba como con un beso llegó su calma, volviendo a sentirse vivo y volviendo a comprobar la diferencia de los sentimientos cuando vienen del alma, nada era igual si era con ella, siempre había sido así, pero él ya había tenido su momento y solo lo arruinó.
Nunca la merecería.
Ella no sabía que sentía, fue ella quien inició pero ahora no tenía idea de que decir, le agradeció a su suerte de que el celular de Agustín sonara en ese instante, él se puso de pie y se alejó un poco para contestar, allí ella aprovechó para correr a su habitación.

-Está bien, ya voy para allá -finalizó la llamada, pero al voltear se sorprendió al no encontrarla donde la había dejado segundos atrás. Aceptó que no quisiera hablar del tema, él tampoco sabría como hacerlo,
además que también asumió que no valía la pena hacerlo. Carolina tenía una pareja a quien amaba  profundamente lo que acababa de ocurrir era algo que no se repetiría, recordaría la dulzura de sus labios y por mucho que los deseara se controlaría. Suponía que ella tendría que estar lamentándose así que le daría su espacio, pero le preocupaba mucho que Carolina después de ese beso quisiera poner distancias, eso lo mataría.
Caminó hasta la puerta de la habitación de ella y tocó pero no esperó a que le abriera.

-Esteban me llamó, quiere que vaya al estudio -dijo detrás de la puerta, ni siquiera sabía si ella lo estaba escuchando -gracias...por todo.

Cuando se aseguró de que ya se había ido, decidió salir de su escondite.
Su cerebro se había convertido en una nube. ¿Qué podía decir? Ni ella misma sabía como se estaba sintiendo. ¿Se arrepentía? Para nada, en ese momento deseaba besarlo y no pudo controlar sus emociones. Sus impulsos se estaban volviendo más fuertes que su voluntad, simplemente no pudo soportarlo y encima lo que le había dicho. Quería tirarse del balcón por esas palabras, pero eran la verdad, le salieron involuntariamente del corazón. Las dijo y ya era tarde para borrarlas ¿acaso pensaba en que podía besarlo cuando se le antojara? Claro que no, ella tenía un novio para eso pero en ese momento parecía haberlo olvidado por completo. ¿Qué le diría a Agustín? ¿Cómo se pondría Samuel si se enterara? ¿Cómo iba a ver a Agustín a la cara? ¿Por qué no pudo controlarse? Tantas preguntas y no pensaba en respuestas para ninguna, lo único en lo que podía pensar era en Agustín y sus labios suaves que la habían hecho volar por unos segundos y se regañaba internamente por eso. Estaba confundida, muy confundida. No podía decir que amaba a Samuel porque si en verdad lo hiciera ni por el pensamiento se le habría pasado besar a Agustín, si en verdad lo amara no estaría sintiendo esas ganas de ir donde Agustín y quedarse en sus brazos todo el día.
Pero ¿valía la pena? Agustín como persona valía mucho, pero ella ya tenía una historia con él, una historia que no había terminado de la mejor forma. Actualmente debería estar feliz, tiene a un buen novio, aunque últimamente hayan estado constantemente discutiendo para ella era solo una mala racha pero parecía no tener fin, su relación siempre la consideró "estable" y eso era lo que le gustaba, esa seguridad de que Samuel no la cambiaría por nada porque él también quería lo mismo que ella o eso pensaba. Por el otro lado, Agustín no podía asociarse con la palabra "estable" aunque con él ella se sintiera siempre protegida y tranquila, Agustín seguía siendo sinónimo de "contradicción" todo en él era eso. Hasta lo que la hacía sentir era totalmente contradictorio. Él le proporcionaba paz pero a su vez la hacía sentir en una montaña rusa con muchas subidas y bajadas, así como le daba serenidad también le daba adrenalina, más de la necesaria. Pero al final podía sentirse cómoda con él, sin embargo, no lograba sentirse estable nunca. Agustín siempre sería cambiante ya sea por su profesión, personalidad o sentimientos, y eso siempre la preocuparía si tenía una relación con él. Creía que al final era casi como un trauma por la forma en que su relación había terminado con él.
Ella era tan feliz, estaba tan enamorada que cuando Agustín llegó ese día a verla por su cabeza nunca pasó la posibilidad de terminar, pero eso fue lo que él le había pedido y a ella no le quedaba más remedio que aceptarlo. Le dolió, su Agustín le había roto el corazón y a él parecía no importarle pero por dentro el también estaba roto igual que ella incluso seguía estándolo, pero ella no podía entenderlo.

Decidió ponerse a limpiar para mantener su mente ocupada, pero sentía que la conciencia le pesaba, tenía que decírselo a alguien, necesitaba un consejo.
Decidió llamar a su hermana y espero a que ésta llegara a su departamento donde estaba prácticamente como un animalito enjaulado llena de ansiedad.
Natalia abrió con las llaves que tenía y encontró a su hermana en el comedor con la cara oculta entre sus manos. Se sentó frente a ella y cuando iba a preguntar Carolina se le adelantó.

-Besé a Agustín -soltó rápido -y no es la primera vez, es la segunda, estaba dormido en la primera pero ahora lo hice y él estaba muy despierto y no sólo fue un besito inocente sino que fueron dos y no eran inocentes y encima le dije algo fuera de lugar y estoy muy pero muuuuy asustada -finalizó casi sin poder respirar.

-Entonces eso fue lo que hiciste...¡Yo me encargo de la boda! -gritó Natalia sonriendo pero Carolina la regañó.

-Natalia te llamé porque esto es serio, no me voy a casar con él...

-Por ahora -la interrumpió la chica entusiasmada.

-¡Natalia ya! Ayúdame se supone que para eso viniste.

-Perdón pero no sabía de qué se trataba tu "mortificación" y ahora que lo sé no le veo un problema, bueno sí hay un problema. Tienes un novio que este último tiempo me ha parecido bastante patán pero eso tiene una solución...

-No voy a terminar con Samuel.

-¿Le vas a ser infiel? Bueno ya lo fuiste pero ¿lo vas a seguir siendo?

-¡Claro que no! Yo... lo quiero pero no sé qué me pasó, estaba con Agustín y simplemente me dio por besarlo. Agustín me preocupa porque ayer estaba bastante raro y quiero ayudarlo, pero no puedo hacerlo si me comporto así.

-¿Que tenía ayer Agus? -Natalia ya había llegado a su nivel de seriedad y trataría de ayudar.

-No lo sé, sentí miedo cuando vi sus ojos, él estaba afuera del club solo y me acerqué pero ese no parecía Agustín. Había algo y quiero descubrirlo.

-¿Y hoy cómo lo viste?

-Hoy era el mismo de siempre, un poco callado pero creo que sentía un poco de pena por como lo había visto ayer. Después se fue porque lo llamaron.

-Seguro se asustó con tu actitud de acosadora.

-¿Tú crees eso? -preguntó con temor.

-Mentira es broma -soltó una carcajada por la expresión de Carolina pero volvió a su seriedad después de unos minutos -de lo que pueda estarle ocurriendo a Agustín no puedo ayudarte porque no lo vi y no sé qué tan mal lucia y sobre tu confusión amorosa pues te diré que solo tú puedes decidir en esos asuntos. No tengas miedo de lo que te digan tus sentimientos a veces hay que dejarlos actuar y así estaremos más contentos con nosotros mismos, si ya no sientes lo mismo por Samuel y Agustín está cada vez más cerca de ese corazón entonces haz lo correcto.

-Tengo miedo de hacer lo que parece correcto y volver a sufrir.

-La historia no siempre es contada de la misma manera, Carolina. Nosotros nos encargamos de hacerla diferente. El pasado se borra y el futuro es incierto, solo el presente puede ser cambiado.

Desde el alma [Aguslina] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora