Desde el alma [Aguslina]

Capítulo 4

-No entiendo qué haces aquí, solo pierdes el tiempo y también me haces perder el mío- fue directa, él solo bajó la mirada y entró al departamento.

-Sé lo que te está pasando, y en serio lo siento sé que eras muy feliz y...

-¿Quieres callarte? Eres el menos indicado para hablar de mi situación además no sabes nada, no te veo hace mucho tiempo y tienes la cara de venir aquí como si nada a hacerte el bueno después de todo lo que ha pasado, ¿en serio te atreves a tanto,  Agustín? Te pido que te vayas porque no necesito de ningún consejo tuyo para sentirme mejor y eres la persona que menos quiero tener a mi alrededor ahora mismo- estaba realmente mal, sentía tanto dolor que diciendo esas palabras creía poder liberarse un poco, pero realmente estaba siendo injusta ya que él no era el culpable de su sufrimiento en esa ocasión pero simplemente no podía evitar soltar esas palabras llenas de veneno que iban directo al corazón del joven.

-Solo quiero ayudarte, Caro, me dijeron que ni siquiera estás asistiendo a tus funciones ¿acaso quieres que esté tranquilo si me dicen eso? Tú que amas tu trabajo y no vas porque estás mal...

-¡¿Y que quieres que haga?! Todo lo mío me recuerda a él, todo, él me completaba lo amo ¡Y no entiendo porque todo termino así de la nada!- decía todo esto mientras lloraba y Agustín la observaba con el corazón a la mitad -Tú nunca sabrás lo que se siente no ser lo mismo que antes para la persona que amas, Agustín, porque si supieras lo que es amar no estarías aquí perdiendo el tiempo y humillándome al llorar frente a ti otra vez, pero la diferencia es que ahora mi llanto si tiene un motivo valioso por el cual hacerlo o mejor dicho una persona verdaderamente importante para hacerlo, no como la última vez -cada palabra era una puñalada para el corazón de Agustín, pero no le reclamaba, pensaba qué tal vez eso podía hacerla sentir mejor a ella y si era así él permanecería recibiendo todos eso golpes que sentía cada vez que ella decía algo, solo suspiró y dijo: 

-No quiero que esto te dañe a ti ni a tu carrera, porque sé que has trabajado mucho para lograr todo lo que has logrado y no creo que ningún hombre sea más importante que tus metas y sueños, Carolina, por mucho que lo puedas amar. Tú no perdiste a nadie, él te perdió a ti, ahora no vayas tú a perder lo que con más que esfuerzo y dedicación has construido, nadie vale tanto, porque si alguien lo valiera no estarías así, nadie que valga la pena deja que tus sueños se pongan en riesgo por su causa. 

Y él lo sabía porque le había tocado vivirlo, fue la decisión más difícil que tuvo que tomar pero si era por el bienestar de ella, él siempre se haría a un lado.
Ella no decía nada, todo eso la había hecho sentir más triste ya que pensaba que su ahora ex novio no la amó lo suficiente y también la hacía sentir enojada porque aún no creía que el atrevimiento de Agustín fuera tan grande para decirle todo eso. Él fue el primero en romper su corazón y ahí estaba, hablándole sobre superación y amor propio, quizás hasta Agustín tenía un poco de culpa de que estuviera tan mal, él la había hecho sentir tan mal que pensó que nadie volvería a hacerlo, tal vez por eso se sentía tan enamorada de Samuel, pensó que él nunca la lastimaría, pero se equivocó. Nuevamente se equivocó.