Capítulo 34

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A pesar de sólo haber sido un beso inocente y que él estuviera dormido, la conciencia empezó a hacerle eco cuando se apartó rápido. Había besado a Agustín y eso no era algo bueno. Se levantó rapidísimo del sillón apagó las luces de la sala y corrió hasta su habitación. No tenía sueño y ahora lo que acababa de pasar menos la dejaría dormir, pero no pudo evitarlo, fue algo más fuerte que su voluntad. Agradecía que él estuviera tan cansado como para no darse cuenta, pero quería matarlo por haber caído, lo peor es que Agustín ni siquiera estaba despierto como para decir que la sedujo, simplemente su respiración lenta y su cara angelical y relajada fueron suficientes para caer rendida. Pensó ¿qué sería de ella ahora que lo había besado?. No podía confundirse, no se confundiría era su promesa. Ella amaba a otra persona y Agustín ya la había lastimado, no volvería a sentir cosas tan puras como el amor por él, nunca más. Establecería sus límites con él y se mantendría al margen, solo había sido un impulso por lo que había pasado horas atrás, repitió mentalmente convencida.
No era una chica de confusiones amorosas ni de ningún tipo, sabía meditar las cosas y actuar en el momento justo, pero siempre habrán situaciones donde los sentimientos se mezclan y varían en las decisiones que tomamos.

Despertó temprano a pesar de haberse dormido bastante tarde, apenas eran las 7:45am, pero a pesar de eso se encontraba bien, ya no tenía ganas de seguir durmiendo.
Fue al baño que estaba en la habitación y realizó la rutina de siempre, se vistió y salió.
Al entrar a la sala pudo ver que él seguía durmiendo tranquilo.
Se acercó y lo observó, se preguntaba si estaría soñando o simplemente dormía sin que pasara nada por su mente.
Sin duda sabía el gran dolor de espalda y cuello con el que despertaría pero al menos parecía estar más descansado.
Preparó su desayuno y lo terminó, se cepilló los dientes, vio sus redes y ya había pasado una hora más, el sueño de Agustín parecía eterno y ella ya se estaba aburriendo.
Otra hora más mientras estudiaba el guion del nuevo proyecto en su habitación, al salir vio lo mismo, si no se hubiese acercado para ver si respiraba habría creído fácilmente que estaba muerto.
Quería salir pero no podía porque solo tenía un juego de llaves, los otros los tenían Samuel y Natalia, no se iba a ir y dejar la puerta abierta sería peligroso y si lo encerraba seguro se enojaría, así que siguió estudiando.

Desde el otro sillón vio cómo se frotaba los ojos.

-Buen día -lo saludó.

-Hola -contestó con pereza.

Se levantó y se estiró, cuando vio por el balcón preguntó confundido.
-¿Qué hora es?

-Más de la una de la tarde -dijo pasando la siguiente página -. Dormiste un montón, pensé que estabas invernando ¿No te duele el cuerpo?

-No, ha sido la mejor siesta de mi vida, tenía tiempo sin dormir tan bien -contestó sonriendo.

-¿Siesta? Agustín dormiste por más de doce horas.

-Lo que significa que ahora tengo mucha energía para trabajar, Maxi debe querer matarme se supone que nos juntaríamos a las diez para componer.

Esa sonrisa le parecía aún más linda ahora que se veía totalmente renovado. Le llevó un vaso con jugo y él lo recibió feliz.
-Gracias por no despertarme, que lindo que aún existan personas que se preocupan por el sueño ajeno -bromeó.

-¿No dormías bien?

-No sé por qué me desvelo en las noches, son horas que parecen eternas me dijeron que tomara té, al principio funcionaba pero ya después dejó de hacerlo. Pero mira que bien dormí esta vez lo más seguro necesito un sillón igual a este, hasta soñé y todo -haber descansado si que le había ayudado, hablaba con más ánimo y sus ojos ahora brillaban.

-¿Qué soñaste? -preguntó riendo por su entusiasmo.

-¿De verdad quieres saberlo? -Se hacía el misterioso.

-Sí -contestó segura.

-A mi me parece que no -se levantó rápido y llevó el vaso a la cocina-. Espero que ya te encuentres mejor, yo debo irme, ya estoy bastante tarde. Gracias por no despertarme, nos vemos por ahí -finalizó sonriendo del otro lado de la puerta.

-Gracias a ti -fue lo único que alcanzó a decir ella.

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El disco de MYA es una joyitaaa!!!

Desde el alma [Aguslina] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora