Capítulo 43

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Oyó la lluvia chocar contra su ventana. Abrió lentamente los ojos y ordenó sus pensamientos, una vez más se maldijo por haber vuelto a consumir BZO pero ya casi era algo que estaba fuera de sus manos. Recordó su conversación con Carolina ayer y como se había comportado, si no quería que ella se enterará tendría que aprender a manejarse en situaciones así o sino ella se enteraría y todo su equipo también. Todos lo harían y eso no sería bueno.
Tomó su celular y lo encendió, inmediatamente cayeron las llamadas y mensajes que había recibido. Dos llamadas de su mamá, un mensaje de Maxi preguntando por qué se había ido sin avisar y veinticinco mensajes de Carolina más seis llamadas. Le había pedido que le avisara cuando llegara a su casa y no lo había hecho. Se sintió mal por preocuparla de esa manera y además recordar cómo la había asustado ayer con su comportamiento.
No se atrevió a llamarla y prefirió enviarle un mensaje disculpándose por no llamarla y avisándole que si se encontraba bien.
Se duchó y fue a la sala, agarró su guitarra y se dejó llevar por los acordes que tocaba. Carolina solo respondió con un "ok" pensó que tal vez estuviese enojada pero luego recordó de que no había razón para que se enojara, por lo menos así lo veía él. No le habló de la mejor forma pero se dio cuenta antes de haber hecho alguna locura y no creía que se molestará solo por no avisarle, seguro se preocupó pero no sería nada que después de unos minutos dejara pasar. Ese era su punto de vista sobre lo que significaba él para el resto.
Antes de que volviera a hablar con Carolina y se enterara de la situación por la que la chica estaba pasando, él se sentía realmente solo, olvidado, apartado del mundo aunque eso sea algo muy contradictorio conociendo su profesión donde es el centro de atención de muchos, pero eso solo es físicamente. Espiritualmente solo había precipicio y ausencia. Una relación caótica finalizada pero que aún tenía secuelas en su vida debido a la costumbre, un corazón debilitado por tantos recuerdos, su familia lejos, la soledad y falta de concentración, los recuerdos de un amor frustrado y la presión de tener que llenar las expectativas del resto, todo eso había desaparecido cuando volvió a acercarse a Carolina y empezó a convivir con ella nuevamente, había logrado olvidar esa sensación y pensamientos por un tiempo al estar enfocado en ayudarla, pero volvía una vez más y le preocupaba, porque era así, no podía mentirse a él mismo. Nadie además de su familia estaría totalmente a su lado y dispuesto a apoyarlo, pensó en las fans, pero ellas no podían ver cómo era su realidad interior, esa realidad que absolutamente nadie más que él conocía y no había forma de dársela a conocer a los demás. Las personas a su alrededor no se percataban, suponía que actuar siempre se le ha dado bien, que el fingir ser el mismo Agustín se le daba naturalmente, sí, fingía ser él ¿Cómo podía ser eso posible? Fingía ser un Agustín que hace tiempo se había esfumado, ese Agustín era un pasado que anhelaba y que no encontraba forma de volver a él. Nadie veía lo roto que él estaba, nadie veía como cada día una nueva flecha le atravesaba el alma y en ese impacto destruía partes esenciales de él.

En su ola de pensamientos escuchó su celular y contestó sin ver el número.

-¿Si?

-¿Estás ocupado? -él nunca estaría ocupado para ella.

-No...¿estás bien? ¿necesitas algo?

-Tranquilo, solo quería saber si estabas ocupado porque quería hablar contigo.

-Te escucho.

-En persona, Agustín. ¿Puedes venir?

Llegó al edificio y estaba lloviendo, estacionó el auto lo más cerca posible de la entrada, corrió intentando mojarse lo menos posible y tomó el ascensor.

-Hola -lo saludó mientras lo dejaba pasar.

-Hola...-dijo bajo, por alguna razón se sentía inseguro tal vez sería porque sentía vergüenza de su comportamiento del día anterior.

Desde el alma [Aguslina] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora