M E A T R A E S ( Finn Wolfhard y Tú)

Capítulo 30

— Me decepcionaste —

Pasaron los días. Mi Cooper se apegó más a Jacob, se puede decir que ahora son “grandes amigos” ya que todo el tiempo están juntos, a cualquier parte que vaya junto con el cast y ellos nunca se separan. Noah comenzó a notar que ahora mi sonrisa es fingida, que George se alejó un poco de mí y que pareciera que estoy entrando en “depresión”... Aunque no es así. Mi Cooper, la chica seria que conocí que en poco tiempo le tomé afecto y la amé con toda vida ha cambiado. El color negro lo cambió por los llamativos, los tenis por zapatos, el pantalón por un vestido, su cabello suelto, alborotado y a lo natural a peinarlo constantemente... Ya ni siquiera la reconozco. Los chicos saben que la amo, que me gusta y se sienten tristes por mi, llegando a sentir un poco de lástima.

Este día invité al cast a uno de mis conciertos dos días antes de que diéramos una entrevista, todo aceptaron (incluyendo Jacob y ______). Estoy con la banda, en lo ensayos he estado distraído o sin energía, mi rostro demuestra que estoy decaído y la única chica de nuestra banda me da ánimos (cuando está más que claro que quiero los ánimos pertenecientes de mi hermana pérdida). Volvemos a ensayar y trato de concentrarme, comienzo a cantar antes de tiempo:

« ¡Maldita sea! »

Me quito la guitarra bruscamente. Me voy y trato de concentrarme, evidentemente tengo nervios y enojo. Comienzo a morder me las uñas, sin embargo consigo llevarme un sabor a mora azul; provocando que aquel recuerdo de época de navidad llegue a mi mente.

« No lograré mostrarme ante el público si estoy así »

Suspiro. Tomo mi celular, inconsciente, entro a contactos y ya estoy marcando el número de teléfono de Cooper. Ella no tarda en responder.

* En la llamada *

— ¿Hola? ¿Finn?

—...

— Vamos, responde... ¿Para qué me marcaste?

—...

— ¿No dirás que pasa? O ¿qué es lo que tienes?

—...

— ¡Maldito Finn Wolfhard te estoy hablando! ¡Deja de ser un idiota y dime qué pasa! — sonrío tras su comentario. Esa es la Cooper que conozco —.

— Sólo quería escuchar tu voz —.

— ¿Estás drogado? — río. Unas lágrimas de melancolía recorren mis mejillas, aún así sonrío —.

— No, no lo estoy. Espero verte entre el público —.

— Ahí estaré... Junto con el cast, mis amigos y Jacob — de nuevo (lo siento) cagando el momento —.

— Si, nos vemos — digo secamente y cuelgo —.

* Fin de la llamada *

Suelto un suspiro y vuelvo con la banda. Cuando estoy enojado me concentro mejor en vez de estar frustrado o triste. Así que iniciamos de nuevo.

[ • • • ]

Estamos en el auditorio, hay bastante público y en un pequeño observatorio se encuentran los chicos (con claridad puedo ver a mi Cooper conversando con el imbécil de Jacob). Me preparo, voy por mi guitarra y me la cuelgo. Tomo mi plumilla (la de los Beatles que me regaló mi mejor amiga), y vuelvo a pintarme las uñas.

Ya que todos estamos listos salimos.

— ¡Hola a todo mundo! — habla mi amigo y compañero Jack (un chico alto, rubio y simpático) —. ¡¿Estás listos para rockear?! — todos responden con gritos y abucheos —. ¡Esto es City Boy! ¡Nosotros somos Calpurnia! —.

Comenzamos a tocar y en ningún momento dejo de cantar a la vez que observo a aquellos tortolos.

Pero... De un momento a otro pareciera que todo pasa en cámara lenta. Las voces son eco, y lo único que escucho claramente son las risas de ese par... Hasta que observo como Jacob toma de las mejillas a mi chica y besa sus labios. Millie también lo presenció, nos dirigimos una mirada. Se está yendo seguido Noah tras suyo...

Reacciono y escucho cómo estoy desafinando con la guitarra.

« Lo que acabo de ver no es real. Lo que acabo de ver no es real »

Parpadeo y continúo.

[ • • • ]

El show termina. Estoy hecho una furia, voy con los chicos y no le doy tiempo de hablar a Jacob quien iba a hacerme un “cumplido” porque mi mano (en puño) se estampa contra su nariz. Estoy seriamente enojado, ya no puedo y me encimo en él, lo golpeó una y otra vez... Las lágrimas se descarrilan y me voy del auditorio. Me llevo las manos a la cabeza procesando todo lo que hice, recuerdo que le saqué algo de sangre, sentí el dolor que mis nudillos tenían en el momento, vi su rostro lleno de asombro y a la vez miedo — ¿Finn? — tocan mi hombro y sobresalto. Volteo hacia atrás. Es ella. Lleva puesto un vestido negro debajo de la rodilla, una sudadera azul marino y el cabello recogido en una coleta (me sorprende que trae puestos un par de tenis) —. ¿Estás bien? — niego —. Tranquilo, ya pasó — se acerca para poder abrazarme y finalmente comprendo todo (o eso creo). Me alejo —.

— ¿Finn? — frunce el ceño —.

— No me abraces — digo —.

— Pero somos amigos, soy yo... ______ — extiende sus brazos para poder abrazarme de nuevo, retrocedo —.

— Yo ya no sé quién eres — musito —. Ni siquiera sé si seguimos siendo amigos —.

— Finn no digas estupideces — masculla —. El hecho de que me vista así no me hace diferente —.

— Por supuesto que sí. Ya ni te reconozco — suspiro —. Esa no es la ______ Cooper que conocí hace un año — duele decirlo pero es la verdad —.

— ¿Qué quieres decir? Finn, las personas cambian —.

— No... Tú no cambiaste — trago en seco —. Jacob te cambió —.

— Pero para bien — niego con la cabeza —.

— ¡Ahora tú eres la idiota! ¡Yo te quiero tal cual eres! ¡Para mi antes eras perfecta, eras única, inusual y extrañamente atractiva! ¡Y te ves, usas prendas y hablas como cualquier persona ordinaria! — vuelvo a llorar. Me pongo cabizbajo, miro al cielo en busca de respuesta y ya no puedo. Me atrevo a mirarla —. Me decepcionaste — ahora soy yo quien se quita la cadena del cuello y se la entrego. Me voy sin decir palabra alguna —.