Capítulo 33

1K 76 18
                                    


— Sigo sin amarte —

Narra T/N:

Apenas dos días y Lucas iba detrás mío en cualquier momento. Su presencia era buena pero sus intenciones jugaban en su contra. Por más que le quería dejar en claro que no lo acepto como alguien a quien amo, insistía para hacerme saber que era el indicado. George extrañaba Atlanta, todo el tiempo que pasaba encerrado en su cuarto dibujaba paisajes de la ciudad y de vez en cuando a Finn siendo una figura a seguir. Mi madre y padrastro parecían  jóvenes (actuando como cualquier adolescente queriendo experimentar). En cuanto a mi entorno todo era aburrido. Así que estos últimos días he tratado de salir a explorar mi nuevo vecindario.
Para empezar decidí prepar una mochila: llevo comida, agua, un libro, bolígrafo, mi diario (el cual dejé desde que tenía 13), una brújula, una soga, kit de primeros auxilios y el anillo que el otro día mi hermanito encontró en el parque. Salgo de mi cuarto y voy a la cocina, tomo una naranja. Mis padres pasaron desapercibido mi presencia. Se les veía muy felices juntos haciendo el desayuno, carcajeándose y abrazándose mutuamente.
Me voy de mi casa. Me encanta tener que atravesar el gran pastizal que ahora hay frente a mí. A lo lejos el establo, la casa a donde Lucas decidió mudarse, un par de vecinos a los cuales no conozco y un bosque que pareciera no tener fin. Antes de adentrarme a dicho lugar, tomo nota en mi diario; normalmente lo que escribo es lo que siento en el momento, nunca relato mi día a día en este o algo por el estilo. Lo guardo y continúo.

Recuerdo que cuando Finn y yo salíamos siempre le insistía en salir a explorar y despejar nuestra mente de todo lo que nos estresaba. Aunque ambos sabíamos que el momento se arruinaría debido a los paparazzis y locutores de programa. Aún quiero tener esa aventura junto a él. Pareciera que el bosque está destinado a llevarte a un lugar en específico, pues hay un sendero perfectamente marcado bajo mis pies. Me lo tomo con calma mientras le voy quitando la cascara a mi naranja. Adoro el aroma que emana. Fresco y exquisito. Incluso he llegado a creer que debería existir un perfume con aromas cítricos y sin nada de alcohol, como acostumbran las empresas. De un momento a otro me detengo a observar a mi alrededor.

Estoy inspirada. Eso amerita a hacer notas en mi diario. Describo lo que estoy viendo, enseguida se me viene a la mente varios diseños. Serán sofisticados y sumamente únicos. De un instante a otro siento un ligero golpe en mi tenis. Miro de reojo. Es una nuez, no tarda en venir una ardilla para esperar a que se la dé. Vuelvo a dejarla, la toma y sale huyendo a la velocidad de la luz. Suspiro y guardo mi diario. No hay prisa para llegar a ese lugar deslumbrante y misterioso, acomodo mi mochila, recuesto mi cabeza, miro el cielo. Todo es tan pacífico que relaja a cualquiera. Cierro mis ojos y en instantes el sueño se ha apoderado de mí.

(...)

Abro los ojos lentamente al sentir una presencia al lado mío. Bostezo y trato de aclarar mi vista. Al ver quien es enseguida tomo mi mochila para irme y seguit mi rumbo. Este me sigue para poder alcanzarme... Si con su existencia es más que suficiente para molestarme, hacerse el protector lo empeora todo.

— ¡No necesito que me cuides! — mascullo —.

— Somos amigos. Corres peligro estando en el bosque durmiendo como si nada — ruedo los ojos —.

— Qué considerado — digo sarcástica —.

— Cooper no me gusta ese tono. Esa no eres tú — me quejo —.

— Dejame en paz. Te dejé muy en claro las cosas — él se detiene —.

— ¿Entonces qué caso tiene seguir aquí si no podemos ser novios y mucho menos mejores amigos? — no me detengo por nada. Ignoro su pregunta. No es que no me importe Lucas; no quiero suponer que el que se haya enamorado de mí arruinara nuestra amistad, sino que es su actitud —.

De pronto el sendero se pierde gracias a la gran vegetación. No sé a dónde ir y no requiero de la ayuda de nadie. Más notas por escribir. Tomo asiento, sostengo el bolígrafo y comienzo. Me quedo bloqueada, dejo el diario y pretendo reflexionar.

— No fue difícil encontrarte — musica orgulloso —.

— No necesito tu compañía — aclaro —.

— Deja la amargura de lado. Traje bocadillos — sonríe —. Sé que tus favoritos son los skitles, gomitas y... — me pongo de pie posandome enfrente suyo —.

— ¡No quiero nada de tí Lucas! — grito —. No hay nada entre nosotros, por más que te esfuerces, quieras ser detallista no lo lograrás — se quita su mochila, se levanta quedando frente a frente —.

— ¡¿Crees que Finn volverá por tí?! ¡¿Piensas que puede hacerte más feliz que yo?! — cuestiona a lo que yo suspiro —. Debes quedarte conmigo. Soy el indicado, usame, amame — niego —.

— Yo no soy así. Yo... Yo no puedo ir por la vida estando de chico en chico para olvidar a Finn — bajo la mirada —. No te usaré, no te amaré — nos quedamos en silencio. Lo miro de reojo —.

 Lo miro de reojo —

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Esa maldita mirada. Lo odio. Sabe que es una de mis debilidades. Encima sonríe el gran sínico. Desvío mi mirada, en instantes su mano toma mi mejilla para poder estar más cerca uno del otro. Por instinto coloco mis manos en su pecho para alejarlo. Pareciera que cuenta con una gran habilidad que provoca que me rinda.

Lo aparto enseguida. Estoy decepcionada y disgustada. No era lo que esperaba, aunque sabía que de todas formas iba a pasar. Este pareciera querer una respuesta, y claro que la tiene.

Sigo sin amarte — voy por mi mochila y decido irme a casa —.

M E    A T R A E S  ( Finn Wolfhard y Tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora