Capítulo 3

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— Idiota —

Atrás suyo está aquella chica, quien mantiene como siempre sus audífonos en sus oídos, me pregunto qué música estará escuchando. Noah me mira serio, incluso llegó a demostrar me esa mirada que jamás nadie me había hecho o quizá nada más la llegué a ver de ciertas personas insignificantes. Sigue parado, esperando a que me acerque. Suspiro y me acerco, lo tomo del antebrazo alejándonos de su amiga.
Me quito ambos audífonos — Estás exagerando las cosas Noah — musito —. Finn no sabes lo que hiciste... Le conté todo y ahora por tu culpa quiere alejarse de mí — me pongo cabizbajo, me rasco la nuca con nerviosismo —. Lo lamento... ¿Cómo puedo recompensar te? — su mirada cambia totalmente, con incredulidad —. ¿Es enserio? Finn ¿acaso eres un estúpido? — sus respuestas simplemente me dejan sin palabras, ya no es tan calmado como antes —. Tú no eras así, ¿dónde quedó el Noah al que conocía? — él suspira —. Por si no lo sabes, las personas cambian Finn y la mayoría nunca vuelve a hacer igual — musita, se aleja yéndose hacia su amiga, se van juntos por un camino contrario al mío. ¿Qué rayos hice para merecer esto? —.

Entonces se me acerca la pelirroja, Sadie. Quien al parecer se nota preocupada cuando menos debería estarlo, sobre todo si se trata de mí.

— ¿Todo en orden? — sigo mirando las espaldas de esos dos, tanto que llego a fulminar los —. Finn... ¡Hola! Tierra llamando a Finn — dice agitando su mano frente a mis ojos, parpadeo, la miro de reojo —. ¿Vendrás con nosotros a comer? —.

— No, lo siento Sadie. Estaré ocupado — musito para volver a escuchar mi música e irme lo antes posible de ese lugar —.

[ • • • ]

Llegando a casa, me tiré directamente al sofá acompañado de un suspiro. Si tan sólo no hubiese preguntado por esa chica Noah y yo no estaríamos peleando, al contrario, estaríamos bien, quizá en este momento lo vería desde lejos hablando con su amiga mientras yo los observo, como siempre. Sin embargo yo y mi bocota. En ese mismo instante vuelvo a ver el techo, blanco, liso... Incluso llegando a creer que si lo toco seguramente será suave. Como sus piernas... Suaves, limpias, hermosas que tiene aquella chica.

« ¡¿En qué carajo estoy pensando? »

Por Dios... Nunca creí que tendría pensamientos tan sucios por una chica. Pero, es inevitable. Ella siempre viene con unas prendas que (desde mi punto de vista) son para aquellas chicas frías y duras, en cierta forma a ella si le conforta, pues tiene un hermoso cuerpo.

« ¡¿Qué rayos?! »

Me enderezo, trato de apartar aquellos pensamientos, me llevo mi cabeza a las manos. Cierro los ojos y trato de concentrar me en la música. Pensamientos puros, pensamientos puros. Me levanto y voy a mi cuarto, al menos podré distraer me tocando algunos acordes.

Al entrar cierro la puerta con seguro, me quito los audífonos dejándolos sobre la mesa de noche que está cerca de mi cama. Tomo mi guitarra y comienzo a tocar. Tarareo mi canción, City Boy...

Me pregunto si ella alguna vez ha llegado a escuchar el nombre de mi banda, si ha ido a alguno de mis conciertos, si ha llegado a verme en algún lugar. Tanta intriga siento por ella, demasiado interés... Cosa que nunca he sentido antes. Entonces, veo el color de mi guitarra, negro.

Así es como ella acostumbra a vestirse. Por que el negro nunca es suficiente ¿verdad? Tan sólo pensar y recordar en todo lo relacionado a ella me la imagino frente mío, con una chaqueta de cuero, su blusa de tirantes de Gun’s N’ Roses, sus jeans negros junto con sus botas puestas... Fulminando me con sus ojos cafés, su nariz pequeña, sus mejillas rosadas y unos labios irresistibles. Acercándome poco a poco tomando su rostro entres mis manos, besándonos apasionadamente, con deseo. Pero no continuamos porque nos lo impide la guitarra. Ella la toma con sus delicadas manos, la deja a un lado cuidadosamente y se lanza lentamente contra mi... Iniciando la acción y...

— ¡Finn! — parpadeo varias veces. ¿De nuevo teniendo pensamientos sucios con ella? ¡Demonios! —. ¡Finn! — hago a la irritante voz de mi hermano, quien se encuentra en la planta baja —.

— ¡¿Qué?! — respondo —.

— ¡Ven a comer! —  ¿comer? En estos momentos es lo que menos quiero —.

— ¡No, gracias! — y escucho un resoplido de su parte, tarda un momento, pareciera que va a contestar —.

— ¡Entonces...! ¡¿Conoces a una tal, ______ Cooper?! —.

No, ni siquiera sé quién sea. Literalmente no la reconozco. ¿Será alguien famosa? Quizá es alguien común.

— ¡Demonios! ¡Si que es sexy! — y tras escuchar eso, bastó para que mi curiosidad me contaminara —.

Así que decidí salir de mi cuarto, al final de las escaleras se encuentra mi hermano teniendo su celular en la mano, revisando su Instagram y revisando la actividad del usuario. Me detuve en el último escalón.

— ¿Quién es? Deja me ver — musito tratando de ver la pantalla, a lo que mi hermano bromea conmigo moviendo su mano —.

— Ah, ah — tarareó —. No tan rápido cara de rana —.

— Vamos Nick, sólo quiero ver — dije una vez más, un tanto molesto —.

— No. No Wolfhard — se estiró, yo lo atacaba por la espalda tratando de que mis manos tomaran de su muñeca en la que sostiene su celular —.

— Nick vamos —.

— Alcanza lo — se posicionó frente a mí poniéndose de puntillas y elevando su celular —. Vamos Finn, alcanza lo —.

No tuve más opción que golpear su estómago, tomar rápidamente su celular y hacer una carrera por las escaleras para entrar a mi cuarto y encerrarme nuevamente. Estando adentro escuchaba los gritos de Nick rogando a que le diera su estúpido aparato.

— ¡Un segundo! — grité a través de la puerta mientras me recargo en esta —.

Finalmente veo el perfil.

— No puede ser — dije por lo bajo. Tan sólo ver una foto de ella toda la sangre en mi sistema se filtró en mis mejillas. Incluso apagué el celular enseguida —.

Abrí la puerta y se lo estiré a Nick.

— ¿Ya terminaste de jalarte la — comentó en forma de broma —.

— ¡Cierra la boca! — dije molesto, cerré la puerta en su rostro —.

— Lo siento — musitó para después irse —.

A veces si que soy un idiota.

M E    A T R A E S  ( Finn Wolfhard y Tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora