Capítulo 10

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— Sólo quiero verlo —

Narra T/N:

Atiendo al último cliente para poder irme a mi casa. Este día ha sido muy exhausto, sólo pido darme un baño (por que realmente huelo mal) y dormir. Voy al interior de donde preparamos café (la cocina), dejo mi delantal, me pongo mi chaqueta de cuero, acomodo mi cabello en una coleta, me pongo mis lentes oscuros y me llevo en mano mi skate. Llega el gerente y me da un sobre con el pago que recibo siempre los sábados cada vez que termino mi jornada. Lo abro. Cuento el dinero — Me estás dando de más — hablo —. Te lo mereces. Recibí una llamada de tu hermano, las cosas en casa no andan para nada bien ______. Deberías ir a visitarlo — suspiro, guardo el dinero en mi bolsillo. Mi hermano los fines de semana hace a veces exactamente lo mismo, se puede decir que el gerente y él son “amigos” por así decirlo. Y el hecho de que las cosas sigan empeorando allá en casa no es para nada agradable —. Créeme, lo haré — y siempre respondo lo mismo —. ¿Cuándo? Eso me dijiste hace tres semanas y no veo cambios. Entiende que es tu hermano Cooper — me pongo cabizbaja —. Lo sé — las lágrimas se acumulan en mis ojos y las retiro bruscamente —. Vamos Cooper... Eres mejor que esta mierda. No te des por vencida, me dolería verte que tires todo por la borda. Tantas oportunidades desperdiciadas — suspiro, se me acerca y me da un abrazo —. Haré lo posible para sacarlo de ese lugar, vivirá conmigo — hablo, se separa de mi —. ¿Sabes que será una gran responsabilidad? — asiento —. Me hace falta cargar con una gran responsabilidad — admito. Sin más me voy de la cafetería y ando en mi skate hasta llegar a mi casa —.

Debajo de la alfombra siempre guardo las llaves de mi propiedad, ya que soy muy distraída y quizá se me pierdan o las olvide en cualquier lugar. Inserto la llave en la cerradura, giro y abro. Entro, dejo mis pertenencias de lado y directamente voy al baño para darme una ducha.

Al salir con una toalla que envuelve mi cuerpo voy a mi cuarto a ponerme mi ropa interior y mi pijama. Seco mi cabello y cepillo este. Justamente al recostarme en mi cama y posar mi cabeza sobre la almohada me da un aliento de comodidad y satisfacción. Necesitaba descansar. Suspiro y cuanto menos ya estoy dormida.

[ • • • ]

Despierto como acostumbro.

1:30 p.m

Con el sol pegando a mis párpados que hace que me moleste y cierra las cortinas de golpe. Salgo de mi cuarto y bajo a la sala, lo primero que tomo es mi celular. Reviso mis redes sociales y pronto me llegan demasiadas notificaciones de mensajes y llamadas pérdidas. Todas de Noah y solamente una del rizado Wolfhard. Me da igual y procedo a desayunar, enciendo el televisor, entro a Netflix, como es de esperarse me recomiendan Stranger Things.

Lo cual ignoro y prefiero ver ****** (serie favorita). Y pues sí, soy como cualquier chica. Me enamoro del chico más lindo que se quiere ligar a la protagonista, tanto que hasta me hago ilusiones con algún día conocerlo, que se enamore de mi y que termine casándome y tengamos uno o dos hijos.

Cuando termino de ver mi maratón estoy dispuesta a servirme otro plato de cereal, pero justamente una llamada interrumpe todo. Lo tomo en mano. Veo el número y el plato escapa de mis manos. El sentimiento de culpa reaparece, las lágrimas se acumulan en mis ojos.

Las aparto con la manga de mi pijama, procedo a responder.

* En la llamada*

— ¿Hola? Hermanita ¿eres tú? — dijo con voz tierna a través de la línea —.

— Si, soy yo. Soy _____... ¿Co-Cómo has estado? — trato de no romper en llanto —.

— Me alegra oírte, pues yo estoy bien pero las cosas en la casa... — deja de hablar y se escucha una respiración ahora, gritos en el fondo que son claramente de mi hermano, pasos y alguien cerrar la puerta fuertemente —.

— ¿Hola? ¿George? ¿Estás ahí? ¡Contesta! — las emociones de miedo y tensión provocaron que mi respiración se acelerara —.

— Escucha malcriada. No te atrevas a venir, mucho menos a hablarnos por que jamás verás a tu hermano por un buen tiempo, ¿oíste? — me advirtió, mi propia madre lo hizo —.

— ¡No! ¡No dejaré que se quede! ¡Él es mi hermano! ¡¿escuchaste?! Las veces en las que has recibido dinero es porque quiero cuidar a George. Sólo déjame hablar con él — explico —.

— No necesito de tu dinero, no quiero tu lástima. Sólo vete y déjanos en paz como lo hiciste hace dos años — cuelga. Y ya no puedo, ya no puedo tragarme mi culpa, mis lamentos y mis lágrimas —.

* Fin de la llamada *

Me tiro al suelo y comienzo a llorar. Nada está bien, cada vez la situación y el problema está empeorando.

Sólo quiero verlo. Sólo quiero ver a mi hermano por aunque sea una vez y pasar el resto del día con él.

M E    A T R A E S  ( Finn Wolfhard y Tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora