Capítulo 34

2.4K 179 87
                                    

— Celosa —

Narra T/N:

Sé que no quiero hacer mal tercio. Que no quiero aparecer en fotografías y que en primera plana digan “Hay alguien que sobra en esta hermosa pareja” o simplemente “La que hace mal tercio”. Entonces decidí que Noah vendría conmigo, quiero que me haga compañía y me tranquilice si es necesario. Finn me invitó a pasar una linda tarde juntos (incluyendo a su falsa novia), así que no soportaría verlos ni aunque me pagaran.

Como es costumbre mía me levanté tarde, George no está debido a que conoció a la hermana de Millie, Ava. Se hicieron muy buenos amigos y programaron una pijamada; entonces tengo el día completo para mí. Me levanté perezosa de la cama para darme un baño, saliendo me puse unos jeans negros, una blusa de color negro, una camisa de cuadros rojo y una chaqueta de mezclilla por supuesto no olvidó mis cómodos converse.

Faltaban horas y decidí ver la televisión. Justamente en el canal de las noticias. Mi día no podría empeorar cuando los conductores del programa hablaban sobre la “supuesta” relación de mi mejor amigo con la rubia sin chiste. Eso me puso de mal humor (y por supuesto no quería desquitarme invitando a Jacob en lugar del Schnapp).

Así que recordé que hoy es fin de semana.

« ¡Tengo que ir a trabajar! »

Tomé mis llaves del departamento junto con mi skate, salí corriendo y anduve por las calles para llegar a la cafetería.

Cuando crucé por las puertas noté que el lugar está hecho un caos; personas molestas por no recibir su pedido, otras porque no las atienden en caja o desde el cómodo sitio en el que están. Sin mí todo sale de control. Decidí apartar mis pensamientos y correr a la cocina, me quité mi chaqueta, me puse mi delantal y até mi cabello en una coleta. Me dispuse a hacer los pedidos atrasados y a atender las mesas.

Poco a poco el ambiente se iba tranquilizando, sonreí... Hasta que llegaron mis locos y obsesionados fanáticos.

« Lo que me faltaba »

Suspiré. Fui a casa y tomé las órdenes con una falsa sonrisa, hasta que una chica que revisaba sus redes sociales musitó “ Finn acaba de postear una foto con su novia, y sí que son muchas”.

— ¿Qué? — dije seria —.

— Si, mira — me extendió su celular con toda la confianza del mundo, observé las fotos. Y un extraño sentimiento controló mi cuerpo —.

— Debo irme — susurro, le entrego su celular, regreso a la cocina, me quito el delantal, me deshago de la coleta, tomo mi chaqueta y skate, salgo de la cafetería —.

En el transcurso a casa me sentía mal. No quería que Finn terminara enamorándose de una chica con complejo ordinario, quería que se enamorara de...

Mi celular vibra. Me detengo en la cera de la pequeña vía donde caminan centenares de personas. Me dispongo a contestar.

* En la llamada *

— ¿Hola? —.

— ¿_____ en dónde estás? Se nos hace tarde para nuestro juego de bolos y para que después vayamos al concierto — masculla mi amigo al otro lado de la línea —.

M E    A T R A E S  ( Finn Wolfhard y Tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora