M E A T R A E S ( Finn Wolfhard y Tú)

Capítulo 10

— Sanando heridas —

Narra T/N:

A mitad de año mi corazón se sentía quebrajado, a veces no tenía motivación y rara vez estaba completa cuando Nick nos visitaba, se volvió alguien cercano para mí pero... De la nada dejó de hacerlo, me abandonó. ¿La razón? Finn se enteró, por el bien suyo, le impidió que viniera a mi casa.

Por si fuera poco. Mi madre se enteró en donde vivía y se llevó a George, eso fue un golpe bajo.

Jamás podré olvidar su mirada de tristeza, sus ojos llorosos y rogando con que hiciera algo.
Sujetó mi mano con sus delgados dedos, mi madre forcejeaba de su diminuto brazo.

— Cooper por favor — sollozó —. No me quiero ir —.

— Yo sé que no — me hartó que ella no lo dejara en paz. Así que quité bruscamente sus manos, lo enrolle en mis brazos y pude escuchar su aliento, su respiración, estaba tranquilo —. No lo trates de esta manera — le dije fulminandola con la mirada —. Es tu hijo y tú responsabilidad — ella traga en seco —.

— Debemos irnos George, se nos hara tarde — lo aleja de mi. Este me mira por última vez. Había esperanza, él creía que sería una escena en la que la protagonista corría detrás suyo tomando el control de la situación y no... La protoganista de su historia es una mierda —.

Regreso a casa, me recuesto en medio del suelo, le doy vueltas a la situación con sus posibles soluciones, lloro.

« He perdido todo. Es mi culpa. Ya no tengo a Finn, no tengo a George, no tengo a Nick, me he quedado sola »

Cubro mi rostro. Estoy desecha.
Me levanto, sólo para poner un vinilo de baladas tristes. Es ahí que justo la letra de la canción me identifica. Voy a la cocina, saco una copa y me sirvo vino (demasiado).

— Yo brindo por mí — vacilo —. Por que espero ser una mejor persona y no una idiota — doy el primer trago. El sabor amargo inunda mi boca, aunque me despierta un poco —.

Voy a la sala y sigo tomando mientras miro un punto fijo.

[ • • • ]

Llevo más de la mitad de la botella. Me duele un poco la cabeza aunque me da gracia el hecho de ver borroso.

Alguien entra. Trato de ponerme en pie, en consecuencia tiro la copa que se encontraba en el suelo derramando el vino por la alfombra.

— Mierda — pronuncio —. No importa... Al final se quita — aseguro —.

Voy a la entrada. Veo quién es.

— Oh — ruedo los ojos —. Eres tú —.

— ¿Cooper? — se me acerca —. ¿Estás ebria o algo así? — sujeta mi rostro con sus manos, no había notado que eran tan suaves —. ¿Qué tomaste? — niego con la cabeza susurrando cosas o tratando de decirlas —. ¿Qué es ese ruido? — va a la sala y apaga la música, yo lo sigo agarrándome de las paredes que se encuentran cerca —.

— ¿Por qué lo apagas? Era la mejor parte — digo haciendo un puchero —.

— ¡Dios! — se agacha tomando la botella —. ¡¿Tomaste vino?! — niego —.

— ¡Yo! no tomo vino — dije señalandome —. Solo lo bebí — suspira, toma la copa y va a la cocina —.

Su silueta desde mi punto de vista es atractiva. Se puede decir que él conspiró en mi relación con Finn, sin embargo no deja de ser mi amigo desde toda la vida. Entonces me levanto, estoy un poco más consciente de lo que haré. Rodeo su cintura abrazándolo.

— ¿Qué haces? — cuestiona —.

— Nada solo... — tomo una bocanada de aire —. Me gusta sentir tu calidez — este voltea a mirarme posando sus manos en mis hombros —.

— Cooper... —.

— Me perdí de mucho ¿sabes? — acaricio su rostro —. Tú pudiste haber sido mío pero fui detrás de Finn — paso mi pulgar por sus labios —. Siempre querías lo mejor para mí, te preocupabas y me demostrabas que te importaba — me acerco, se aleja —.

— Está mal y lo sabes —.

— Sólo hoy. Por favor — unimos nuestras frentes —.

— ______... No puedo, los amigos sólo son amigos. Soy una mala persona, te destruí — niego —.

— Todo es mi culpa — mis labios están a escasos cm de los suyos —.

— ¿Entonces...? — lo beso. Al principio es lento y tímido, pronto es intenso y apasionado. Sus manos dan a mi cintura, me carga poniéndome sobre la barra —.

Caemos en la desesperación y cada uno se quita sus prendas. Cuando siento sus besos ivadiendo mi cuello suspiro, al menos podré olvidarme de todo lo malo.

Bajan a mi abdomen y da con mi monte venus.

— Cooper — me llama —.

— ¿Si? — me da un escaso beso en los labios —.

— Después de esto, ¿las cosas van a cambiar? — niego —.

— No pienses en eso, piensa en lo que está pasando — beso su cuello —.

Se deshace de mi sosten, juro en el momento que sentí un poco de inseguridad hasta que Noah me calmó.

— Tranquila. Siempre te considere una diosa —.

No sé lo que hago. Es mi primera vez y estoy experimentando muchas cosas. Espero no arrepentirme de nada. Además no quiero que la mala reputación que ya tengo empeore.