El Alpha de las tinieblas©

02

Capítulo 02

"La ceremonia"

—¿Que sucedió? —preguntó Arthur notando que la joven estaba tan decaída.

—N-Nada —contesta débilmente, mientras limpiaba sus lagrimas con la manga de su buzo.

—¿Adam de nuevo? —pregunta el joven sabiendo la respuesta.

—No. Fue culpa mía, derramé café sobre mí y... —interrumpida.

—No hace falta que lo defiendas, sé que fue él. Además, no están sus padres, o bueno, Valerie. 

—Tienes razón, si fuera por mí, a veces me dan ganas de mandarlo a...

—¡Wow! Ya entendí —responde divertido. 

—L-Lo siento.

—Ey, no pidas disculpas —se detalla en su mano que tenía una quemadura —¿Qué te ocurrió? 

—¡El café! ¿Qué haces por aquí? ¿Vienes a visitar a Adam? —intentando cambiar de tema. Ella no estaba acostumbrada a que se preocupen por su bienestar.

—Sí, sus padres vendrán por la tarde y quieren que charlemos sobre la Ceremonia de Unión. 

—¿Ceremonia de Unión? —cuestiona un tanto confundida. 

—Sí, ya ambos tenemos diecinueve años, es momento de que empezamos a buscar alguien y empezar a asumir nuestras responsabilidades como futuros Alphas. Nuestra mate, como se decía en los tiempos de antes.

—Están muy grandes ambos, han crecido mucho.

—Tú igual, te ves cada día más bonita.

"Te ves cada día más bonita"

Esas palabras resonaban en la cabeza de la muchacha, pensando que estaría en un sueño. A ella siempre le pareció atractivo Arthur, será que fue el único que le mostró durante todos estos años una amistad sincera. Sin embargo, asumía que él jamás se fijaría en ella, es tan solo una simple Omega.

Será que Arthur se habrá dado cuenta del minuto eterno que pasaba sin escuchar una respuesta, porque habló para alivianar la conversación:

—Perdón, fue un impulso. ¿Quieres que nos adentremos? —responde un tanto apenado el joven pasando una mano por su cabello.

—S-Sí, está bien. Creo que ambos deberíamos entrar —con una media sonrisa de boca cerrada.

—¡Vamos! —aclara —De paso, te pondré unas vendas en esa mano. 

—No te preocupes, te agradezco muchísimo todo, Arthur —caminando.

—¡No digas eso, tonta! —regañándola mientras sonríe.

Ambos caminaban a pasos lentos hacía aquella enorme casa que tenía planta baja y dos pisos. Dentro, había muchos cuartos vacíos. Había muebles de madera especial, cuadros y reliquias importantes de los antepasados lobos. Juntos entran y se encontraron expresivamente con Adam limpiando el suelo, él mismo había derramado aquel café.