El Alpha de las tinieblas©

12

Capítulo 12

"¿La pareja de Ethan?"

—¿Quién eres en realidad? 

Ethan la observa, un silencio por parte de ambos se formó durante unos segundos, hasta que él, volvió a hablar nuevamente. 

—No. No soy un Omega, soy un Alpha. Sé que de seguro tendrás tus dudas, pero en este momento quiero que prestes atención a mis palabras, ¿estamos de acuerdo? 

Ella asiente con su cabeza, intentando dejar que este comentara algo que aclare sus dudas. Si antes tenia mil, ahora tenia millones sobre su cabeza. 

—Este es mi Clan, el Clan Griffin, mas conocido como el Clan de las tinieblas. Tenemos otras costumbres, seguimos algunas de nuestros antepasados. 

—¿Matan... humanos? —titubeó.

—No. Eso no, pero si nos preparamos como verdaderos lobos. 

—¿Por qué me has traído aquí? —pregunta ella.

—Hay cosas que te las responderé a su debido tiempo. No ahora.

Narra Leannie

Prácticamente, no me ha dicho nada que sea de utilidad. Da igual, lo único que quiero es salir de aquí y poder reencontrarme con Arthur. Se lo prometí.

—¿Qué haré aquí? —le reclama.

—Te formarás como una verdadera loba. Aquí, dejarás de ser una Omega, compartirás hogar conmigo y estarás para ayudar a Gabriel. 

—¿Por qué? 

—No me gustaba el trato que recibías por parte de esa familia. Por eso te traje aquí, para que puedas convertirte en una persona más fuerte.

—¿Pero por qué? —pregunta una vez más —Soy una simple Omega. 

—¿Has visto algún Omega aquí?  

Esa pregunta hizo que Leannie se detuviera puesto que tenia razón, inspeccionando el lugar notó varios Bethas, bueno, realmente la mayoría eran Bethas. 

—Somos una comunidad que se oculta en las tinieblas. Somos fuertes y unidos, hay pocos Omegas, pero son parte de nuestro pueblo. Aquí hacemos valer más nuestra unión.

—Comprendo.

—Ya va a oscurecer. Ven, te llevaré a tu cuarto.

Ethan se adelanta subiendo las escaleras, al llegar al final de estas, abre una puerta donde había una inmensa habitación, el doble de grande de la que Leannie tenia antes en casa de los Allem. Tenia una cama de dos plazas, un armario enorme, un escritorio y dos puff, y hasta un baño propio y una pieza pequeña para guardar accesorios y zapatos. Ella quedó asombrada ante esa lujosa habitación.

—Es... ¿para mí? —preguntó con asombro Leannie.

—Sí. Como veras, está todo vacío. Mañana mismo, podrás comprar algunas cosas.