CAPÍTULO QUINCUAGÉSIMO QUINTO | Da capo

138 25 16
                                    


En la madrugada el mecánico de Nick direccionaba el levantamiento del destrozado Volkswagen, en compañía de agentes de policía una gran grúa que arrastraba el coche. Bill fumaba y llevaba una chaqueta Harrington para el frío de la noche.

—¿Alguna noticia sobre Nick? —preguntó Bill a los policías, pero ellos negaron con la cabeza sin hacer mucho esfuerzo en buscar respuesta—. Bien.

Cuando lograron poner el coche en la vía Bill tiró su cigarrillo y se preparó para marcharse con la grúa hacia su taller.

—Yo conduzco —le dijo Bill a su ayudante que sacó el Volkswagen.

Bill arrancó y se marchó de la escena bastante frustrado por la noticia de Nick.

—Si van a deshacerse del escarabajo, conozco alguien que paga bien por el hierro viejo de los coches.

—No —respondió Bill sin dejar de mirar a la carretera—. El Volkswagen de mi amigo nunca será chatarra, hay que repararlo.

—¿Quién pagaría tanto por un coche viejo?

Bill detuvo la grúa en medio del camino y golpeó el volante con ira de tristeza.

—Eso no es lo que importa...

—¿Estás bien? —preguntó al verle casi llorar.

°°°

Karla se había llevado a su madre a casa para que tratara de descansar, mientras que Will se quedaba en el hospital esperando con Jake.

Era difícil estar en la habitación sin Nick, era imposible dormir con la preocupación encima. Sus ojos estaban enrojecidos de tanto llorar, y aunque Karla insistía en que durmiera, ella no lo lograba.

Cerca de las cuatro de la mañana el teléfono de la sala sonó. Karla tampoco había dormido nada esa noche, por lo que fue la primera en llegar al teléfono.

Denisse bajó las escaleras y se quedó allí esperando que Karla recibiera información acerca de Nick.

—Karla... —dijo Will al otro lado de la línea—. Papá no... no sobrevivió a la operación.

No hubo necesidad que dijera nada, con sólo voltear a ver a Denisse a los ojos con esa mirada desconsolada bastaba para dar a entender lo que pasó.

Todo había ocurrido demasiado rápido. Setenta años habían pasado demasiado pronto. No era suficiente, y con mucha certeza, aún a mil años le haría falta.

A Denisse todo se le vino abajo, y por dentro todo se agrietó con una mirada. No era su corazón el roto, era su alma la que se partía en pedazos.

Entonces pudo descansar, porque lloró hasta quedarse dormida.

°°°

La primavera por fin había tomado su auge, había florecido un nuevo ciclo, cualquiera se atrevería a decir que empezaba de nuevo, pero era demasiado tarde para iniciar una vez más.

Will y Jake ayudaban a cargar el féretro de su padre en la ceremonia fúnebre. Toda la familia y un reducido número de amigos se encaminaban a la sepultura del viejo Nick. Whitney empujaba la silla de ruedas de su padre detrás de Claire y Joe. Todos vestidos de negro y con un semblante melancólico, era la gran despedida.

Adelante marchaba Karla junto a su madre Denisse en un silencio que solo daba lugar al viento y los árboles alrededor

Las campanas sonaron desde una capilla lejana y la ceremonia fúnebre inició.

Luego del sermón corto de un pastor y la lectura de un salmo, Karla pasó a dar unas palabras, se había debatido cuál de sus hijos hablaría, pero ninguno creía ser tan fuerte para algo así.

Suspiró y mientras todos la observaban empezó su discurso.

—Siempre he estado orgullosa de mi padre. La muerte siempre es inesperada e inoportuna, sin embargo, todos sabemos que Nick era un optimista, fue fuerte y luchó hasta el final. Tenía un carácter fuerte, pero en todo momento estaba aprendiendo a ser mejor. Estuvo ahí cada vez que le necesitamos y sin duda conocerle nos hizo mejores personas. No sé vivir sin padre. Pero aprendí a luchar como él, a luchar por quienes amamos. Puede que ya no esté con nosotros, pero su amor por cada uno siempre estará aquí... Te amamos, papá. Y nunca vamos a olvidar.

Claire se veía muy triste por su hermana Denisse y se le hacía difícil pensar que esos últimos meses parecía mejorar su relación con Nick, sin embargo, nunca lograron conciliar. Joe estaba a su lado y la tomó de la mano.

Denisse se puso de pie y abrazó a Karla cuando regresó a su lugar, del mismo modo era Denisse la siguiente en presentar sus palabras.

Aquel discurso sería desgarrador y todos lo sabían. Sólo quedaba presenciar el momento y dejar que el sentimiento de dolor fluyera a la voz de la viuda.

Tenía una carta en sus manos la cual abrió frente a todos.

—Escribí esto para Nick cuando me diagnosticaron cáncer, le pedí el favor a Claire de entregarla cuando yo ya no estuviera, pero él se me adelantó y ahora... Lamento mucho que no haya podido leer esta carta... No sé que vaya a pasar ahora, pero sé lo que él habría querido lo mismo.

Su vos se quebraba constantemente y la respiración le faltaba, sin duda cada palabra era un puñal contra su pecho.

Denisse leyó la carta frene al ataúd de Nick, ninguno pudo contener el dolor que causaba tan sólo pensar en ambos. 

Las campanas dejaron de sonar y todos reverenciaron a Nick con el silencio de un lamento.

Bajo el atardecer despejado y anaranjado se culminó la sepultura del viejo, entre lágrimas y sollozos la gran despedida. Todos recordarían a Nick como un gran hombre que soñó y deseó intensamente hasta su último día. El epitafio era el de un hombre que se negaba a ser sepultado sin luchar hasta el final.



Carta para Nick.

De su amada Denisse.

Siempre te cautivaron mis temores, pero ahora sé que eres tú el que tiene miedo, no está mal sentir dolor, no está mal tener miedo de lo que pasará ahora que no verás a tu lado. Sigue luchando, Nick. No te rindas, no hay otro cielo para mí más que contigo, prometo estar aquí. Aunque yo no estoy ahora, quiero que seas feliz, quiero que sigas luchando como lo hiciste siempre que estuve ahí, quiero saber que serás fuerte sin importar lo difícil que esté siendo todo esto. Una parte de mí dice que soy demasiado cobarde al decidir no pelear hasta el final, y lo lamento. Si hay vida después de morir, y eso es lo que debes hacer, seguir viviendo, seguir siendo feliz sin importar nada. Puedes estar seguro de que fui la mujer más feliz a pesar de los malos días, que no hay otra cosa que desee más que último abrazo, un último beso y un último te amo. Ninguno merecía este final, pero lo nuestro es más grande que cualquier final, te escribo esta carta, porque no sé cuando pasará que ya no pueda decirte lo mucho que te quiero. Desearía pasar el para siempre tratando de explicar lo que siento dentro. No me frustra saber que nunca será suficiente, todo lo contrario, me hace feliz saber que nunca terminará. Nick, te ruego que vivas para amarte más allá de la distancia. 

Yo también sueño con una noche, una noche inmoral, una noche que no termine, nuestra noche eterna.


No me sepulten todavíaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora