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>Capítulo Corto<

"Al karma se la croman todos"





El karma existe.

Y le vale una mierda si algunas personas no creen en él.

Existe y esta presente en las vidas de todos, todos los días en distintas formas, ocasiones o como quieran llamarle.

Has cosas buenas y te serán devueltas. Has cosas malas y regresarán a ti.

Fácil.

Todo el mundo a escuchado aquello al menos una vez en sus miserables vidas.

Alan no era la excepción.

—¿Qué planeas hacer? ¿Embriagar tu enorme culo hasta dejar de sentir culpa?

—Jodete.— Masculló el "orgullo" de los Ramson.

—¿Cual es tu plan? Irás, la buscaras y reconocerás a la cría ¿Y luego que?

—No es una cría.— Hablo Alan con molestia.— Es un bebé.

—Alan, no jodas ¿De cuando acá te interesan las crías? No, perdón, los bebés.— Se burló su primo.

Alan le lanzó miradas fúricas. Se puso de pie buscando la cajetilla de cigarrillos.

—Me importa por qué es mi hijo.

—¿Como sabes que es tuyo? ¿Y si la zorra mintió?

—Lo dudo.— Hablo el buscando la maldita cajetilla.

—No puedes saberlo. Solo tuviste sexo con ella una vez. No seas estúpido.

Alan se detiene abruptamente. La cajetilla de cigarrillos estaba ahí. Frente a él junto a los fósforos; Más no los toco, su mano parecía muy lejana al objeto.

—Solo fue eso no... ¿Alan?

La cajetilla parecía alejarse. Su vista se perdió en algún punto fijo y se quedo quieto.

Negó con la cabeza mientras su primo lo observaba sin comprender.

—¿Acaso no te lo dijo?— Apareció Andrea mirando con diversión a ambos chicos.

Los ojos heterocromios de Alan miraron a su hermana lucir un bello pero simple vestido azul acompañado de aquella sonrisa cargada de Autosuficiencia digna de un Ramson.

—¿Decirme que?— Preguntó Lucas. El primo de ambos.

La mano de Alan de pronto logró tomar la cajetilla.

—No fue una vez.— La sonrisa de ella se ensanchó.— El idiota de mi hermanito se acosto con esa chica por lo menos 2 semanas. Por eso está seguro de que ese bebé es suyo.

El humo blanco que emanaba del cigarrillo recién encendido, se perdía en algún punto de su delicado ascenso.

La habitación poco a poco se impregnaba de aquel horrible aroma a tabaco.

—¿Es enserio?

Alan solo asiente y se mantiene en seriedad.

—¿Recuerdas algo de la chica?

—Es bajita.— Murmura.— Su cabellos es negro y un poco largo.— Da una calada más.— Siempre olía a Frutillas.

—¿Como demonios pasó todo esto?

—Te lo dije, nos conocimos en el club, bailamos y una cosa llevo a la otra.

—¿Como que una cosa llevo a la otra? ¿Como una noche de sexo se convirtió en 2 semanas?

—Cállate jodido pelotudo.— Alan acarició su sien.

—Es obvio que planeas volver.— Hablo Andrea tomando el cigarrillo de su hermano y dando una calada.— Pero respóndeme algo.

Uno nunca espera el karma...

—¿Qué harás si la chica ya le consiguió padre a ese bebé que prácticamente has abandonado?

El karma simplemente llega y te jode como alguna vez lo hiciste o peor...

—El único padre que mi hijo tendrá seré yo.— Declaró lanzando el cigarrillo encendido hacia su hermana.

—¡¡ESTÚPIDO!!— Gritó ella horrorizada por la acción.

—¿Te casarás con ella?— Preguntó asqueado Lucas.

—Si no está con nadie y me acepta... ¿Por que no?

—¡Por que eres un idiota!— Gritó su hermana fúrica.— Si yo fuera esa chica te mandaría a la mierda.

—Pero no lo eres.— Hablaron ambos chicos.

—¿Y si ella no quiere estar contigo?

—Existe la custodia compartida, Andrea ya basta, déjame tranquilo.

—Solo eres un pobre diablo arrepentido.— Bramo su hermana  para salir de ahí con pasos bruscos.

El taconeo de sus zapatos altos comenzó a alejarse provocando que un suspiro se escapara de los labios de Alan.

Él no era malo. Simplemente tomó una decisión equivocada.

Una decisión que le dio la bienvenida al karma con los brazos abiertos.

Quiero ser el padre.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora