Quiero ser el padre.

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"Las tarjetas de
crédito hacen
Maravillas"

Aiden

—¿Cuántos putos años tienes?—Pregunté con tranquilidad tratando de que los niños no me escucharan al hablar por el móvil.

—Solo dime cómo putas cierro la puta llave del gas.—Preguntó Alan.

—Nadie te pidió que le movieras a la puta estufa.

—Oye niñera... ¿No estas cuidando niños? No creo que decir tanto la palabra con P sea indicado...

—Puedo decir puto todas las veces que quiera.— Gruñí irritado.

Él es jodidamente más grande y sin embargo me estaba llamando para preguntar cómo cerrar la llave del gas...

Estúpido...

—¡Esa palabra la dice papi cuando está molesto!— Abro los ojos mirando a Darren.

El pequeño me miraba con los ojos abiertos y con la cabeza ladeada de manera curiosa.

—Te lo dije niñera.— Alan reía con fuerza mientras yo forzaba una sonrisa hacia el pequeño.

—Te odio.— Dije antes de colgar.

Me coloqué de cuclillas frente al pequeño, le sonreí con nerviosismo y suspiré.

—¿Qué palabra?

—No se cual es... la olvide.— Hablo el pequeño con una mano en su cabeza.

Me cague...

—¡Ya he llegado pancho!—Me adentro en el departamento con tranquilidad, dejo la mochila en el suelo junto a la puerta y camino a la sala.

—Mi nombre es Alan no pancho.—Se burla el idiota.

—¿Sigues aquí?

El solo rodó los ojos.

—Lo que usted está viendo es algo llamado holograma, El sexy Alan Ransom me pidió que le avisara que rompió la llave del gas.— Hablo con sarcasmo.

Camino a la cocina pero me detengo, giró de nuevo a él.

—¿Sabes cuanto cuesta eso estúpido?

Alan rodó los ojos de nuevo. Sacó su billetera y me tendió 50 dólares.

—Eso es mucho.

—Paga para que reparen eso... y cómprate algo bonito niñera.

Lo vi ponerse de pie y caminar hacia la puerta, sus ojos de colores me miraron por última vez mientras se disponía a marcharse.

Era extraño intentar llevarnos bien...

Pero yo iba a joder eso Justo ahora.