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"Antes de la
tormenta"



















Morgan






—Siendo sincero...— Aiden hace una mueca mientras apaga la última luz del cuarto.

Se recuesta conmigo y tira un poco de las sábanas.

—Dilo de una vez, solo me pones nerviosa.

—No...— Murmura contra mi nuca.— No quiero que vayas sola.

—Yo... se que no confías en Alan pero ¿confías en mi?

—En ti si cariño, eso lo sabes muy bien.

—Bien... quiero que entiendas esto.— Tome su mano para acariciarla, se sentía tenso.

—El te dejo...

—Lo sé.

—Volvió hace uno o dos meses y ¿tan fácil lo perdonas?

—No tengo nada que perdonar... de cualquier forma el es... el padre, no lo digo para hacerte sentir mal, solo es...

—La verdad, lo sé, te entiendo.— Termina por mi.

—Aún que no nos guste el debe saber qué sucede con los bebés...— Trato de que me entienda.

Esto también es difícil para mi.

—Aún así no quiero que vayas sola...

Siento como mi ceño se frunce, me doy la vuelta sobre el colchón y bufó.

—Bien... tu irás conmigo.

—Debo trabajar.— Habla con timidez.

¿Ahora si?

—Cuando salgas. Te voy a estar esperando y tu mismo me vas a llevar.— Aclaro molesta.

Siento sus brazos rodearme, suspiró con dramatismo para que me escuche.

El ya debería saber que no pasará nada malo. Solo debo aclarar cosas con Alan, eso es todo...





















































—¿Estas molesta?— No respondo.

Dejo que mis pies me muevan por la acera mientras los arrastró al mismo tiempo.

Estoy cansada, me duelen los pies y la espalda igual.

—Estas molesta.— Afirma Aiden a mi lado.— Si no querías que viniera debiste decírmelo.

—Nunca dije eso, lo que quiero y necesito es que guardes silencio, estamos algo irritables los cuatro.— Rechinó los dientes y sigo con mi camino.

Al llegar al nuevo departamento de Alan, tocó la puerta y me recargo en la pared un poco.

La puerta se abre dejándonos ver a Alan en pijama pero sonriente.

—Idiota.— Es lo primero que grita Aiden.

Alan ríe con fuerza y lo único que hago es girar el cuello hacia el.

—¿Quieres quedarte afuera?— Aiden negó con la cabeza.— Voy a responder a tu pregunta. Si estoy molesta, hazme el favor de guardar silencio, esa fue la condición de dejarte venir conmigo...

—Pero yo...

—Guarda silencio amor...— Sonreí fingidamente.

Gire de nuevo hacia el causante de esto.

Quiero ser el padre.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora