Quiero ser el padre.

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Morgan.

La habitación está totalmente silenciosa.

Luego de hacer que todos se fueran me tranquilizó, no sé dónde está mi celular y esa era la única razón por la cual no lograba encontrar a Alan y Aiden.

Estaba comenzando a preocuparme, no sabía nada de ellos desde hace casi medio día y eso era muy jodido, me sorprendí un poco cuando la puerta se abrió.

El doctor entro seguido de una enfermera y cada quien sostenía algo es sus brazos.

—¿Cómo te encuentras Morgan?— Pregunto el doctor Smith con una sonrisa.

—Ansiosa.— Confesé mirando a la enfermera.

—¿Lista para conocer a tus bebés?

Asiento con energía y me acomodo sobre la camilla para que me den a mis bebés.

En solo segundos ya tengo a mis pequeños en mis brazos y me pongo a llorar.

Lloro por todo, por todo lo que viví para llegar a este punto de mi vida, lloro por las hormonas que aún no me abandonan, lloro por qué no se donde están sus padres y lloro por qué algún los tengo en mis brazos.

¿Cómo no llorar si en este momento son mi mayor logro?

Mi mayor felicidad.

Aún que admito que extrañaré mi barriga.

—Te daremos un momento a solas.— Ambos están apunto de retirarse pero el médico para su andar y da media vuelta.— Necesito que me digas los nombres de los pequeños para registrarlos. No queremos retrasar el proceso de registro.

—¡Oh! Claro.

La enfermera regresa con una tabla repleta de hojas y de la tiende al médico.

—¿El nombre de la niña?

Lo pienso un momento, los chicos deberían estar conmigo ahora…

Los necesito.

—Su nombre es… Alanna.

Lo veo anotarlo y vuelve a mirarme.

—¿El nombre del niño?

Miro hacía la puerta esperando que los chicos entren… pero nada.

—Allen.

—Bien. Dime sus apellidos y el nombre completo del padre.

Suspiró frustrada y miro a mis bebés.

— Sus apellidos son… son… James Evans.

—¿El nombre del padre?

Lo pienso un poco, dudo y titubeó pero aún así, paso saliva y respondo.

—Alan Jonathan James Ransom.— El médico anota el nombre y me sonríe.— Si tiene algún problema con el nombre del padre puede ser por qué resientemente cambio su apellido por cosas familiares.

—Descuida, pronto tendrás los papeles y todo estará bien.

Aiden

Blake y mi hermana me miran sujetados de las manos.

Quiero reírme en sus caras pero no lo hago. En cambio finjo fastidio y hago lo posible por lucir realmente molesto con la situación, al menos hasta que ella habla.