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"Siempre es bueno
salir con
Chicas"












Morgan









Las blancas paredes, limpias y llenas de marcos se ven tan ordenadas y dignas de un buen hospital.

El tic tac del reloj resuena por él consultorio mientras espero con ansias al doctor.

Llevo puesta una bata blanca con dibujos animados y a decir verdad no es muy cómoda. El mínimo movimiento y la bata deja ver más de lo que desearía.

Me remuevo sobre la camilla impaciente y al final decido quedarme quita.

Pero no lo logró.

Giró a la derecha.

A la izquierda.

Me bajo de la camilla y vuelvo a subir.

—La primera vez que te removiste fue tierno. Ahora... quédate quita Morticia.— Toca mi abdomen que ya está más abultado y hago una mueca.

—No quiero.— Hablo con lentitud.

Veo a Aiden pasar sus manos por su cabello y luego por su rostro.

—¿Estás bien?— El asiente no muy convencido.— ¿Acaso estas... Acaso estas emocionado por esto?— No me habla, solo me regala una sonrisa a boca cerrada y su vista se fija en la puerta.

Si comienzo a hablar rápido comienzo a tartamudear, y no quiero eso por lo cual decido callar.

—Bueeenas taaaardes— Saluda el ginecólogo entrando con una sonrisa.

—Buenas tardes.— Lo saludamos nosotros.

—Bien bien bien... dime Morgan ¿Como has estado?

—Bien, solo lo usual. Vomitos.

—¿Has estado comiendo bien?— Asiento cuando me mira.— Bien linda, te pido que te recuestes, puedes cubrirte con esto las piernas y alzar la bata.— El médico me dio una pequeña sábana azul. Con ayuda de Aiden la use para cubrir mis piernas.

Hago lo que se me indica. Me recuesto y el médico se acerca en la silla giratoria hacia la camilla llevando consigo un botesito de gel y el pequeño aparato para ver a mi bebé.

—Sentirás un poco frío.— Es cierto, el gel está demasiado frió y causa en mi un pequeño escalofrío.— Bien, echémosle un vistazo al bebé.

El aparatito se mueve por mi abultado vientre y el gel se esparce con facilidad.

La pantalla se encuentra negra y de pronto se enciende dejándome ver un bulto más grande que la vez anterior.

—Bien chicos...— Señala una parte de la pantalla con su dedo y Aiden se aproxima un poco.— Esto de aquí es la cabeza de tu bebé.— Teclea algo y vuelve a mirarme.— El feto tiene una longitud cráneo-caudal de unas 3 pulgadas (8 cm).

No tengo idea de lo que eso significa pero estoy emocionada viendo la pantalla.

—A veces, ya se puede ver el sexo biológico del feto mirando los órganos externos en un ultrasonido pero...— El médico mueve de nuevo el aparato y se acerca a la pantalla.— Tal parece que este bebé no quiere que veamos qué será.

La sonrisa risueña de Aiden llama mi atención Justo cuando toma mi mano.

—Seguro será hermoso como la mamá.









































Quiero ser el padre.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora