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"¿Decepción o bastardo?."








Morgan.




Cuando tenía mis 18 años, tenía mucho chicos detrás de mi, no era nada extravagante pero así era.

Ahora a mis 25, estoy esperando un bebé, seré madre soltera y seamos honestos...

Ningún hombre, sin excepción alguna, se fijaría en una madre soltera.

Nadie quiere cargar con un bebé de alguien más. Y no importa lo mucho que la madre les guste, si ella tiene un bebé... nada.

Mi cabeza esta llena de estúpidos comentarios como ese. Se supone que está debería ser una etapa de felicidad pero no lo es.

No del todo.

Blake está recostado junto a mi, yo solo espero a que anochezca para dormir y no despertar hasta mañana que deba ir a trabajar.

—¿En que piensas loquita?— La voz de mi hermano me saca de mis pensamientos.

—No mucho en realidad.

—Morgan.

—¿Si?

—¿Podemos hablar del bebé?— Mis ojos se encuentran con los suyos, asiento mientras me recuesto a su lado.

Blake pasa su mano debajo de mi cabeza y me acerca a él.

—Cuéntame todo.— Deja un beso en mi frente dándome la confianza necesaria para relatar lo que me pide.

—No es mucho en realidad, un día, Kenia y Amy me llevaron a un club "exclusivo" estábamos tomando y de repente, ya estaba con un chico sobre una cama.

Me quedo pensando en eso y lo primero de lo que me arrepiento es de no haber preguntado su nombre...

Blake asentía poco a poco.

—¿No recuerdas quien es? ¿No lo conoces?

—No. Solo se que tiene cabello café y unos preciosos ojos de colores.— Admito pensando en aquel chico.

—¿De colores?

—Si ya sabes, tiene uno azul y uno café.

—Pues con esas señales dudo que sea posible buscarlo.— Se lamenta.

—¿Crees que tenga sus ojos?— Acarició mi estomago.

—Quizás. Tal vez tenga los apuestos ojos de su tío blake.— Bromea.

—¿Tu también estas decepcionado de mi?— Le suelto de pronto, mi hermano parece confundido pero de igual forma contesta.

—¿Yo también? No claro que no pero dime ¿Quien si lo está?

—Papá y Mamá... Y antes de que lo niegues, ellos mismos me lo dijeron.

—Estaban asustados, no sabían lo que decían y...

—¡Si lo sabían!— Le doy la espalda.— Si lo sabían y lo saben.

—¿Te lo han dicho últimamente?—No respondo.— Morgan...

Giró mi rostro hacia el suyo, sus ojos cafés me miran con severidad y mi pulso se acelera.

—¿Quieres que vaya y les pregunte?— Niego.— Entonces habla.

—Yo, los escuche decirlo el otro día.

—Bien.— Suelta seco. Trato de tomar su brazo pero me hace a un lado.— Muy bien.

Quiero ser el padre.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora