Quiero ser el padre.

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>Capítulo Corto<

"El siempre estuvo ahí, sabiendo que tú no lo querías."

Entre hermanos, siempre esta ese sentimiento de protección, eso que te obliga a querer proteger a tus seres queridos, más específicamente, a los hermanos.

Una escuela primaria siempre será un lugar repleto de niños, niños alegres y llenos de energía realizando una infinidad de diversas actividades.

Incluyendo el Bullying...

—¿Tu hermano no te quiere por que eres adoptado?

El pequeño Aiden negó.

—Oí que su mamá separó a los padres de Alan y por eso no lo quiere.— Comentó otro niño con sorna.

—¿Eres un bastardo?

El uniforme del pequeño Aiden estaba lleno de polvo, las pequeñas piedras habían lastimado sus manos y rodillas al momento de ser empujó hacia el suelo.

No decía nada, se mantenía callado y con la vista en sus compañeros no paraban de parlotear de su vida.

—¿Tu madres es una puta que rompió una familia no es así?

Una palabra como "puta" era algo demasiado fuerte para un niño al que se le enseñó que las palabras altisonantes eran malas.

Pero...

La habían llamado así a su madre ¿Con qué derecho?

Aiden se puso de pie. Aún con sus rodillas sangrantes y lleno de polvo se lanzó hacia su compañero con la intención de golpearlo.

Claro que al primer intento lo logro.

Luego los tres niños lo sujeto para que el más grande comenzara a golpearlo con piedras.

Aiden no lloro, intentaba quitarlos pero no lloro, el solo quería que no le dijeran cosas feas a mamá.

Los niños pasaban y veían como lo trataban, más nadie decía nada.

¿Que harían? ¿Desmentir aquello? ¿protegerlo?

Nadie haría tal cosa. Salvo su hermana, más ese día no había podido asistir.

Aiden tenía amigos, como cualquier niño, pero nadie se atrevería ayudarlo por miedo a los 3 niños abusivos.

Pero ese día fue la excepción.

—No deberías meterte en lo que no te importa.

Los golpes pararon, los pequeños espectadores se dispersaron cuando Alan Ransom llegó al patio de juegos luego de escuchar como los abusivos de su clase estaban molestando a un niño menor.

Más específicamente a su hermano.

—Solo jugamos con el.

—¿Jugar? No veo que él se divierta.— Señaló a Aiden en el suelo.

Cualquiera pensaría ¿Que daño pueden provocar unos simples mocosos? Casi nada... son débiles y siguen siendo pequeños.

¿Pero qué tal si utilizan piedras?

El pequeño sobre el suelo ya tenía pequeños moretones visibles en su rostro debido al impactó de las piedras con su delicada piel.

¿Donde estaban los maestros?

—Déjenlo en paz.

—¿Por que lo cuidas? Ni siquiera es tu hermano.

"Claro que lo es" pensó Alan mirándolo con irritación, más prefirió no decirlo.

—Eso a ti que te importa.— El "líder" de los bravucones empujó a Alan tirándolo contra el suelo.

Cuando estuvo por levantarse y devolver el golpe, su pequeño hermano se le adelantó, tomó una pequeña piedra y la protegió con su mano para tirar un puño hacia el pequeño bravucón.

Un golpe limpio Justo en la nariz y la sangre comenzó a brotar.

—¡El ya tiene suficiente conmigo! ¡DÉJALO TRANQUILO!— Chillo Aiden.

De nuevo comenzaron a golpearse, esta vez si aparecieron los maestros, inevitablemente llamaron a los padres.

Aiden mecía sus pies que colgaban por el alto de la silla plástica fuera de dirección.

Su hermano y los otros niños estaban sentados en total quietud, sus padres hablaban con el director del lugar y se mantenían en espera de su castigo.

Cuatro de los cinco niños estaban sucios, golpeados y uno lleno de saliva que Aiden escupió en su rostro.

Alan era el más limpio de ellos pues no participó mucho en la contienda.

Una vez que los adultos salieron, los niños comenzaron a irse. Solo quedaban los hermanos y su padre.

—¿Alguien quiere contarme lo que sucedió?— Preguntó el hombre una vez en el coche.

—Ellos me molestaron...

—¿Por que?

Aiden no respondió. Miró a su hermano en busca de respuesta.

—Por que ya saben que Alan no me quiere...