Quiero ser el padre.

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"Hablando con
nuevos
amigos"

Aiden.

–¿La noche se arruinó?— Pregunto Morgan más no le respondí.— Lo lamentó tanto.— Susurro.

Sus ojos miraron por detrás mi. Supongo que ya abra notado que no hay nada.

—¿No dirás nada?— Me mantengo callado.— Aiden... lamentó arruinar la noche.

—¿Arruinar?— Pregunte acercándome con el rostro más serio que pude poner.— Dijiste.— La señale.— tu dijiste que te gusto...— Ya sentía la sonrisa en mi rostro.

No me muevo de donde estoy, solo la veo y ella sonríe antes de hablar y dejarme pasmado del asombro.

—Pu-pu-pues s-si per-pe-Pero es... eso.— Ella guardo silencio.

El que admitiera que le gusto un poco ya había desatado muchas cosas dentro de mi.

Pero verla tartamudear de aquella forma me sorprendió más que cualquier otra cosa.

Me acerco a ella y la abrazo sin dejar de sonreír.

—¿Te gusto Morticia?— Ella ríe.

—S-s-s...— Nada sale de sus labios. Asiente y me abrazo más a ella.— Pe-p-pero.— Habla de nuevo pero más pausado.— Es...eso.— Asiento.— No... qui-quiere... decir... que... esto.— Nos señaló.— Será... ra-rápido.

—¿Estás bien Morgan?

Asiente y sus pequeñas manos me rodean.

—Bien. Yo, no quiero sonar grosero pero debo irme y...

—¡No te vayas!— Ahora si hablo normal.

—Pero ya es tarde y...

—Quédate a dormir.—Grito suplicante.

Siento que mi sonrisa se ensancha pero niego enérgicamente.

No puedo.

No es correcto.

—Tus padres me mataran.— Suelto con gracia.

—Puedo esconderte.— Hablo bajito.

—Morgan yo...

—Los amigos tienen pijamadas.— No oculto mi risa. No imagine que dijera eso.

—Los niños de secundaria Morticia.

—¿Por favor?

Niego un par de veces más.

Pero me rindo cuando sus labios besas de sorpresa mi mejilla.

—De acuerdo.— Sonreí cual idiota.— Me quedó.

2 horas después. Luego de palomitas, galletas, nieve y refrescos.

Termine en la sala con un Blake con dolor de barriga y una Morgan dormida sobre mi.