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Un pequeño
golpe...






Morgan

—Estoy harta de ese sonido.

—No eres la única linda.— La señora Grenda se removió sobre la silla. Arreglo su manta y me sonrió.

—¿Por qué no va a su casa a dormir? Yo me quedaré aquí.

Después de un momento, ella se levantó de mala gana y se cubrió de nuevo con la manta.

—Es difícil cariño pero tienes razón, mañana debo estar en la guardería así que tomaré tu palabra y me iré a casa.— Ella tomó su bolso y se aproximo a mi. —¿Seguirás aquí mañana?

Eso ni siquiera se pregunta.



































































—Se que no es lo más delicioso del mundo pero debes comer.

Alan jugaba con el platón de sopa. Menea la cuchara de lado a lado y de pronto suelta la cuchara y se deja caer en la camilla.

—Eso niño, has un berrinche.— Bromeé.

El suelta un grito de dolor y se remueve en su lugar. Me acerco a él y lo ayudo a recostarse de buena forma.

—Lo siento Morgan.

—Solo termina de comer, si quieres salir pronto de aquí.

—¿Cómo está el?

—Todo esta bien pero no parece que vaya a despertar pronto.— Le doy una cuchara de sopa y lo acepta de mala forma.— Mañana llevaré a los bebés a verlo.

—Supe que.. los niños de la guardería fueron a verlo.

Le doy de nuevo una cucharada y asiento para después dejar el platón sobre la mesita.

—Deberias ver cómo dejaron su habitación, tiene dibujos, globos y peluches por doquier.

—De ser lindo. A mí solo vienen a verme mi hermana, la tía Grenda, tu hermano y tú.

—Lo siento.— Masculle en voz baja.— ¿Tu madre no te ha llamado?

—No. Digamos que tiene cosas que hacer.

—Nada es más importante que la familia...

La puerta de la habitación se abrió dejando ver a nuestros hermanos con nuestros bebés.

Los salude agitando mi mano y me deje caer de nuevo en la silla mientras tomaba a Allen en mis brazos y Alan tomo a Alanna con ayuda de Blake.

—¿Cómo te sientes pequeña?— Alcé mi vista hacia mi hermano y le sonreí.

—Estoy tranquila... Solo un poco.

Blake se dejó caer con cuidado a un lado de mi.

—Hoy irás a casa Morgan.— Soltó con seriedad.

—¿Qué? ¿Por qué?

—Es la primer semana de los bebés... Me encanta cuidarlos, lo sabes, pero es algo que tú debes hacer, no yo, ni Andrea, tu.

—Blake no puedo irme.— Afirmé molesta.

—Aiden no se irá a ningún lado. Ya hablamos con su mamá, yo me quedaré con el en la noche y Andrea con Alan.

El muy tranquilo tomo mi botellón de agua, comenzo a girar la tapa pero volvió a mirarme.

—No me interesa no puedes obligarme a...

Quiero ser el padre.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora