3 1

11.7K 999 170
                                    

"La flor más bella del
desierto"












Aiden

¿Has visto alguna vez lo más lindo del mundo?

Yo sinceramente puedo responderte que si.

Morgan no ha dicho nada desde que llegue, simplemente se a dedicado a cubrir mi mano con una venda que en su momento fue blanca.

Por qué así es, no solo lastime a mi hermano, también me lastimé yo y por ende, mi mano no a parado de sangrar.

—¿Sigues molesta?— Pregunté en voz baja ya sabiendo la respuesta.

Ella no respondió, se removió sobre la silla, terminó de vendar mi mano y se quedó quieta un par de segundos como pensando en si debía hablar o no.

—Morticia.

—Tienes qué decirme lo que sucedió si quieres que no esté molesta.

Sus hermosos ojos cafés me miraron con seriedad. Si estaba molesta y no se preocupaba en disimularlo.

Ella jugaba con sus manos, no note en qué momento bajo la cabeza pero pude ver que también estaba triste.

—Morticia estoy bien...

—¿Bien? ¿Enserio estas bien? Entonces dime por qué tienes el puño lastimado, tienes suerte de no necesitar puntos.— Se puso de pie y me mostró sus ojos rojos.

Me levante junto con ella, la abrace a mi aún cuando ella se resistió, trato de empujarme pero no se lo permití.

De nuevo pude oler ese aroma tan típico de ella. Olor a frutillas.

—Morticia todo esta bien, no tienes qué preocuparte por nada.

Ella golpeó mi pecho y reí.

—No quiero verte de nuevo así.— Ordenó mientras escondía su rostro en mi cuello.— Estúpido.

Te contaré lo que sucedió si con eso me perdonas por llegar así.— Asintió aún sin verme.

Le conté todo con lujo de detalles, ella solo se removía en mi brazos pues seguíamos abrazándonos justó en medio de su cocina.

Una vez que nos sentamos de nuevo, ella tomó mi mano y la acarició con suavidad.

—¿De verdad no quieres a tu hermano?— Preguntó con tristeza.

No.

"¿De verdad no?" Susurro un vocecita en mi cabeza.

¿De verdad odio tanto a mi hermano como para afirmar aquello?












Autora


Un pequeño de hermoso cabello castaño, estaba escondido debajo de la enorme cama de sus padres, él había estado escondiéndose de su hermano mayor.

Cualquiera pensaría que ellos jugaban.

Pero no.

Quiero ser el padre.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora