Quiero ser el padre.

7 3.

Frustrada...

Capitulo cortó.

Narradora.

Los blancos pasillos cada día se volvían más tediosos. El blanco comenzó a ser un color aburrido y frustrante para Morgan cada vez que recorría los largos pasillos.

Incluso cuando a gente guardaba silencio, siempre había un ruido que irritaba demasiado a Morgan.

Desde el taconeo de las enfermeras al caminar, hasta el simple y delicado goteo de los sueros de los pacientes.

Morgan podía asegurar que su sentido de la audición de había agudizado demasiado desde que estaba en ese hospital.

—¿Podrias por favor limpiar a Alanna?— Alan miraba con atención a Morgan.

Ella giro los ojos con cansancio y se puso de pie antes de ver a su pequeño dormido sobre la carriola.

Una vez frente a la cama de Alan, ella solamente tomo a la bebé y dió un par de pasos atrás.

—Morgan.— Intento sonar cauteloso Alan.

—Ya son dos semanas...— Respondió cortante ella.

—Lo se.— Mascúllo frustrado el padre de los bebés.— He contado los días al igual que tú.

—No me hables en ese tono Ramson.— Gruño Morgan mientras cambiaba el pañal de la bebé.

—Primero decías que no era mi culpa...— Susurro Alan removiendose sobre la camilla.— Ahora no puedes verme a los ojos sin quitar esa expresión de molestia de tu cara... Si te pesa estar conmigo deberías irte, Andy y Blake pueden traerme a los bebés.

—¡Lo siento! Es demasiado frustrante esta situación.

—Lo se, es mi hermano Morgan.

—Es que aún no me acostumbro a estar sin el y estar en este hospital solo me hace... Me hace querer llorar...

Ella abrazo a la bebé, con cuidado y amor comenzó a arrullar a su bebé sin despegar la vista del hombre frente a ella.

—¿Sabias que era mi compañero de investigación?... Todo mi embarazo, buscaba cosas en internet sobre eso y el siempre estaba conmigo.

—El saber.— Hizo una pausa y miro sus manos — Que el estaba contigo me hace sentir mejor, al menos se que no siempre estuviste sola.

—Nunca me dejó sola, incluso se lo pedí en una ocasión pero el se quedó... Yo no quiero dejarlo solo.

—No lo dejas solo por ir a descansar. ¿Qué tenemos que hacer para que lo entiendas?

Morgan negó con la cabeza y el silencio los invadió, ahora ambos bebés estaban dormidos mientras sus padres se mantenían completamente quietos y callados.

Los temas de conversación se han terminado. Ahora solamente estaban juntos por costumbre, ambos haciéndose compañía en la espera de buenas noticias.

Morgan miraba hacia todos lados cuando de pronto detuvo su atención sobre Alan. El ya se había recostado y cerrado los ojos.

Morgan miraba su cabeza, la cual estaba completamente calva; Donde solía estar su frondosa cabellera café ya no había nada.

Ella sola se reclamaba mentalmente por ser grosera con ese chico que ya tenía suficientes problemas como para lidiar con una mujer frustrada como Morgan estaba en esos momentos.

De nuevo se puso de pie y caminó hasta quedar a su lado.

—Lo siento.— Murmuró apenada.

Cuando noto que Alan ya se encontraba completamente dormido, tomó la carriola y salió de la habitación.

Sus ojos cansados se cerraron con fuerza. Tomó una gran bocanada de aire y comenzó a caminar de nuevo por el largo corredor hasta llegar a la siguiente habitación.

Al llegar a la habitación de Aiden, lo primero que Morgan mira es al doctor saliendo de la habitación.

El hombre sale y se marcha sin decir palabra alguna por lo que Morgan simplemente entra sin tomarle importancia.

—Hola amor... Hoy traje a los niños pero se han dormido.

Las nuevas flores que compraron los pequeños de la guardería, le daban un color más vivo a la habitación.

Los dibujos se mantenían pegados en las paredes y la bocina de Aiden seguía en la misma mesita donde los niños la dejaron. Una sonrisa se colocó en los labios de Morgan al ver la pequeña estampita sobre la mejilla de su novio.

Una hora después, Morgan estaba dormida sobre la silla plástica, los bebés al igual que ella estaban dormidos en la carriola y todo estaba en silencio...

Al menos hasta que la bebé comenzó a llorar de la nada.

Morgan abrió los ojos con rapidez, dió un salto de la silla al escuchar el llanto de la bebé y se apresuró a tomarla en sus brazos.

—No llores princesa... Despertarás a Allen... Shh.....

Claramente la bebé no iba a guardar silencio solo por decirle eso.

Fue solo cuestión de segundos para que el bebé despertara y al igual que su hermana comenzará a llorar.

¿Donde estaban Blake y Andrea cuando se les necesitaba?

No es que Morgan fuera mala madre, simplemente era nueva en eso y necesitaba ayuda.

Estaba cansada y su cabeza y espalda dolían. Ahora no solo los bebés lloraban, Morgan también comenzó a llorar.

Quizá de la frustración.

Talvez era tanta su tristeza que solo comenzó a llorar.

Simplemente dejo que sus lágrimas fluyeran mientras intentaba calmar a sus bebés en sus brazos. Estaba agotada.

Su única opción era cantar y así intentar calmar a sus hijos.

—Eres la luz que ilumina mi obscuridad...— Susurro.— Eres eso que necesito para guiar mi camino...

Allen de inmediato guardo silencio, sus precios ojos, al igual que los de su padre, miraban a Morgan con atención y admiración.

—Brillas y me recuerdas lo que es la felicidad... Oh dulce lucesita, no te apagues jamás.....— Ambos bebés miraban con admiración a su madre.

Un par de minutos después, Morgan ya no cantaba. Los bebés ya estaban tranquilos mientras tomaban el cabello de Morgan y chupaban sus pequeñas manitas.

Ahora solo Morgan lloraba, ya no tenía idea de por que solo sabía que no podía parar de llorar y su corazón se estrujaba sin razón aparente.

—¿Por qué lloras Morticia?