Quiero ser el padre.

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"Algo que repela
a los chicos"

Morgan

—¿Se comió a sus bebes señorita Morticia?— Pregunta una de las niñas.

—¿No los quería y por eso se los comió?— Preguntó Luis mientras sus compañeros me miraban con horror.

—Niños déjenla tranquila, ella no se comió a nadie.— Habla Aiden sonriendo.

Los niños se alejan de mi cuando ven a Aiden tomar la bocina en sus manos.

—Una canción y a dormir.

Make it rigth de Bts comienza a sonar.

No sabía que tenía esos gustos... mientras los pequeños relajan, cantan o juegan, Aiden toma asiento junto a mi.

Su mano sujeta la mía con cuidado y me recargo en el.

—¿Como te sientes?

—Asustada y cansada pero sobre todo asustada.

—¿Por el bebé?— Asiento.— Se que te tomó por sorpresa pero debes entender que todo estará bien, tienes a tus abuelos, a ti madre.

—A Blake.

—A los chicos, a mi madre y mi hermana... a mi.

—Gracias. Me alegra tenerte conmigo.— Susurre.

—También... tienes a Alan, tengo entendido que está haciendo su mejor esfuerzo por ayudarte.— Gruñe Aiden antes de ponerse de pie.

Cuando la canción termina guarda de nuevo la bocina.

Los pequeños se recuestan en sus mantas mientras yo bajo las luces del salón hasta que estas sean tenues.

Una ves que todo se queda en silencio de nuevo nos sentamos juntos.

La puerta se abre dejándonos ver a Lauren con una enorme sonrisa en el rostro.

—Hola chicuelos...– Susurra ella una vez que la tenemos cerca.— Solo vengo rápido a dejarles esto.

—¿Una invitación?

—Para una reunión de disfraces...— Leo la invitación una vez que se la quito a Aiden.

—Bruja ¿Sabes que Halloween es mañana?

Lauren y Aiden se hacen caras pero ella asiente.

—Es de improviso, será en mi casa y solo seremos nosotros y los chicos. Puedes llevar a tu hermano Morgan.

—Pero nosotros no tenemos disfraces...

—Lo tengo todo resuelto.— Me extiende una pequeña tarjeta.— Mi tía vende disfraces, pasen por ahí hoy o mañana y encontrarán algo.

—¿Y tu por qué llevas puesto el traje de bruja hoy? Halloween es mañana.— Se burla Aiden.

Cubro mi boca para no dejar libre la pequeña carcajada que quiso salir de mi.