Naruto y Sasuke en Gran Hermano.

Relleno: Lecturas de Kabuto (ESPECIAL UN AÑO DE NSGH)

Bueno, pues ha pasado ni más ni menos que un año desde el momento en el que los concursantes entraron en la casa de Guadalix de la Sierra para dar vida a la decimonovena edición de Gran Hermano. Han sido en total 19 semanas y media de concurso, pero qué largas se nos han hecho, cualquiera diría que en vez de 19 semanas largas de Gran Hermano en estado puro hemos vivido un año entero de tormento interrumpido.

En fin, que ha pasado un año desde la Gala 0, aka el primer episodio de esta maravilla que está leyendo la chica leyendo esto en estos instantes y algo especial había que hacer. Ha sido un año largo, en muchas ocasiones he estado a punto de dejarlo, porque el hecho de que cada vez tenga menos lectores y que lo más emocionante que pase gala tras gala no sea el expulsado de la semana, sino ver si el episodio llega a 10 lecturas.

Pero bueno, si estoy escribiendo esto ahora mismo es porque odio dejar las cosas sin acabar y dejar tiradas a los pocos valientes que habéis aguantado hasta este momento leyendo y votando al pie del cañón. Así que muchas gracias por leer NSGH, porque sin vuestro apoyo sería imposible todo esto. Siempre hay unos cuantos que al acabar cada capítulo comentan dando las gracias, pero la verdad es que las gracias os la tengo que dar yo a todos los que estáis aquí ahora mismo leyendo esto, a los que apoyáis cada día esta obra para que se siga publicando y los que participáis votando y en los hashtags. MUCHAS GRACIAS. Sin vosotros no sería posible.

También tengo que decir que al principio no me gustaba mucho cómo quedaban los capítulos ni me gustaba la historia en sí, pero a medida que pasaba el tiempo me iba haciendo mucho más a la historia y ahora mismo tengo que decir que me gusta MUCHO MÁS que su predecesora (Caesar y Joseph en Gran Hermano) y disfruto cada vez que releo cada episodio. Fíjate cómo son las cosas. Vamos, que al final no ha sido una experiencia tan mala y ni me arrepiento de empezar esto ni nada (flipooooo). Una vez más os doy las gracias, porque sin los que me leéis no sería posible (de hecho es una obra interactiva, si no hay gente que vota, es LITERALMENTE imposible).

Y, bueno, ya no me enrollo más, que se supone que esto es un especial del cumple de NSGH sobre la EXCLUSIVA en Lecturas de Kabuto, así que os pongo un poco en situación. Cada vez con más frecuencia, la revista Lecturas, que creo que sale los lunes, publica entrevistas exclusivas a concursantes que han salido de Gran Hermano y han tenido cierta polémica. Este episodio va a ser una entrevista de la Revista Lecturas a Kabuto, publicado el lunes inmediatamente posterior al DBT del episodio anterior. El episodio está presentado en forma de entrevista y no tendrá narrador, salvo para aquellas partes en las que se hable de las fotos que ilustran la revista...

*La entrevista se llevó a cabo entre el jueves y el domingo inmediatamente anteriores a este episodio*

Kabuto, el concursante más polémico de Gran Hermano 19, sale de la casa y concede EN EXCLUSIVA esta entrevista a Lecturas.

P: Buenos días, Kabuto, ¿qué tal estás? Has abandonado recientemente la casa. ¿Te estás adaptando bien a la vida exterior?

R: Muy bien, la verdad. Y sí, me estoy adaptando muy bien a la vida, la verdad es que el soplo de aire fresco al salir de la casa me vino muy bien, cariño. Ahora tengo las ideas muy claras. Veo las cosas de una manera que ni se me había pasado por la cabeza cuando estaba dentro.

P: Ya dijiste al salir de la casa que el aire fresco te había hecho recapacitar. ¿Nos puedes explicar mejor esa sensación? La verdad es que no entendimos muy bien a lo que te referías...

R: Cariño, pues recapacitar después de que te de el aire. No sé, tampoco es tan difícil de entender. Mira, yo estaba MUY MAL en mi última semana en la casa. Llegó un momento que ya me pusieron la cabeza como un bombo y NO PODÍA MÁS. NO PODÍA MÁS. Llevaba muchos meses encerrado, lo que había vivido era muy intenso y estaba muy confuso sobre todo, llegó un momento que ya ni sabía lo que quería. Y, para colmo, el remate es que fue el telepredicador de turno a contarme no sé qué cosas de cambiar mi forma de comportarme que me dejaron peor de lo que estaba. Necesitaba que me diera el aire y, oye, fue salir de la casa y, de repente se me aclaró la mente.