11. Sin gorrito no hay fiesta

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Alysia's P.O.V

— ¡Eres una marina y punto! — Me grita Anisha mientras entramos al apartamento.

— Marica, todas cuadramos con alguien hoy. Solo porque me di un piquito con él sin querer no significa que sea especial — Digo obvia dirigiéndome a la cocina para tomar algo de agua.

Para hablarles claro, ese carajo, Jefferson —tiene nombre de hampa y es policía, que irónico—, es bien bonito, y ese piquito no me disgusto para nada.

Pero hay que meter la coba.

— Si, ajá — Se burla Ainhoa entrando para tomar agua, yo por mi parte me serví fue jugo —. Miren, yo me largo. Johan me esté esperando abajo porque vamos pal' cine. A lo mejor no llego hoy, así que no me esperen.

— Igualito no te íbamos a esperar, pero ajá — Finjo ignorancia y ella me ve con la jeta abierta.

Gafa.

— Hey, Noah — La llama Aaliyah y, como Any y la yo somos chismosas, las tres volteamos —. Sin gorrito no hay fiesta, baby.

Marico, le lanzó un condón

¡JAJAJAJAJAJA! ¡Mano, tienen que verle la cara a Noah! ¡No puede con la pena!

Admito que Anisha y yo nos cagamos de la risa. Fue imposible contenernos.

— Laya, te pasas — Reprende Anisha entre risas.

— Ah, pues ¿Cómo que me paso? — Habla ella ofendida, frunciendo el ceño — Más vale condón en mano que nueve meses y un enano — Recita como si fuera una filósofa o qué sé yo.

Y ahí Any y yo nos volvemos a cagar de la risa.

— Tas' clara que eres senda rata. Después una te chalequea y andas con tu cara e' culo — Le reclama Ainhoa, pero me doy cuenta de que se guarda el condón en el sostén "disimuladamente".

Ella está clara que va a llevar webo por todos lados.

Y la descarada de Laya, como está clara que es verdad lo que dice la otra loca, le lanza un beso mientras se aguanta la risa.

— Ajá, bueno, pues, chao cheo, saludos a chucho. — Y así sale de la cocina y del apartamento

— Aaliyah, hueles a macho — Le digo deleitándome con el olor que esparce la chaqueta que lleva puesta.

Si, marico. El tal Ángel llevaba puesta una chaqueta militar, y se la dio no sé porque.

Ni el Jefferson fue así de bello conmigo.

— No va a oler a macho si el catire aquel andaba bañado en colonia — Recuerda Any obvia —. Hablando de eso ¿Y eso que te dio la chaqueta?

— Marica, estamos en Caracas, en Octubre, y son las 10 de la noche. Estábamos en una plaza con burde' brisa. De bolas que me dio frío con este short que me pusiste — Dice ella con obviedad —. Y, de paso, con camisa corta. Teniendo yo tantos sweaters en ese closet y su me pusiste esto.

— Cállate que te puse bella, maldita cerdq malagradecida – Habla Anisha antes de salir de la cocina – ¡Wenas noches!

— Yo también me voy, menol. Tengo sueño y me tengo que preparar para mentir mañana. — Ambas soltamos risas cómplices — Chao. — Me da un besito en el cachete, raro en ella, y escucho sus botines resonar contra la cerámica cuando se dirige a su cuarto.

Marico, me toca apagar las luces.

Éstas malditas.

Como si estuviera en una carrera, apago todas las luces en tiempo record, dejando de última la del pasillo de los cuartos. Al apagar esa última, corro a mi cuarto, tranco la puerta y me lanzo a la cama.

Venezuelan RoomiesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora