Reina P.O.V
Tía Laya y tío Apolo siempre intentaron por todos los medios inculcarnos la lectura a todos sus sobrinos y lo lograron. No es que todos somos unos cultos amantes de la poesía, pero no odiamos leer como lo exigen los “estereotipos” a los que los medios dicen que estamos apegados.
Estereotipos estilo preparatoria, como la nerd, el deportista y esas cosas. Toda la segunda generación Galaxy pertenece a uno de esos estereotipos, o eso suele decir la gente. A mí me parece estúpido realmente, pero no puedo culparlos por tener una nuez en lugar de un cerebro.
Supuestamente yo soy la… diva, por así decirlo. Vendría siendo la popular con cara de mosca muerta que solo piensa en sexo, una clase de Regina George pero sin ser rubia.
Nunca me molesto en desmentirlos. Mientras yo esté segura de lo que soy, el resto me importa un comino.
Volviendo al tema; según los libros cliché que he leído y películas que he visto, yo debería quedarme con el nerd —quien vendría siendo Eros y sé que tiene una clase de crush con Arianne— o sola como un champiñón por ser la mala de la historia.
Pero aquí estoy, babeando por el fuckboy e intentando fingir que me vale una mierda que esté coqueteando con una chica de nuevo ingreso.
Decidida, me acerco a ellos y ambos voltean a mirarme al escuchar mis tacones —los cuales llevo ya que hoy podíamos venir de civil y moría por estrenarlos— sonar contra el piso. Soy más alta que la chica, pero jamás tanto como él. Ese imbécil me saca como dos cabezas y no sé a dónde mierdas salió tan alto si sus padres son de estatura promedio.
Probablemente a la belleza del tío Altaír.
Dios, me van a perdonar, pero el hermano de tía Aaliyah es una belleza. Y díganme cuando estaba más joven. Podría babear con esa imagen mental
Papá dice que salí a mamá en eso de amar perdidamente al hermano de tía Laya, pero la verdadera pregunta es ¿quién no lo hace?
— ¿Chanceandole a las de primero, Ares? No creí que cayeras tan bajo. Debo admitir que estoy decepcionada —Comento y la chica me ve como si yo fuera el mismísimo diablo.
¿Por qué todos se dejan llevar tanto por los estereotipos? No soy tan mala.
— No jodas ahorita, Reina. Por amor a Chávez —Se queja.
— No estés nombrando al diablo tan temprano, carajito. —Golpeo su brazo, luego dirijo mi mirada a la chica que sigue con nosotros— Mucho gusto, nena. Soy Reina Guerra, prima de este inútil. —Lo señalo con una pequeña seña— Te recomiendo por experiencia propia que en tu primer año te enfoques en hacer amistades y vivir feliz la vida de soltera, no caigas en los coqueteos de idiotas como este o tu vida se convertirá en una película de mala calidad. Ahora, deberías ir a tu clase.
Le sonrío de la manera más amigable que puedo y ella asiente nerviosa antes de salir disparada lejos.
¿Por qué me tienen tanto miedo?
— No me jodas tan temprano, Reina —Pide recostándose de la pared mientras revisa su bolso.
— ¿De primer año? ¿Es en serio, Ares Frederick? Creí que eras más que esto —Intento burlarme, cuando realmente sigo estando un poco celosa.
Un poco bastante.
— Ella se me acercó, Reina. ¿Qué te puedo decir? Las tengo a todas, me aman. —Se encoge de hombros como si nada y estoy tentada a lanzarle un coñazo como me enseñó tía Anisha.
— ¿Crees que tienes a todas o todas te pueden tener a ti? —Pregunto enarcando una ceja. Su sonrisa de superioridad se borra de su rostro y me ve de manera seria.
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Venezuelan Roomies
ComédieEpale, mano ¿Qlqso? Lleguese pa' acá que vamos a echarle el cuento de las 4 venezolanas más saladas. Y no, aquí ninguna se cuadra a los 1D o una vaina así, aquí disfrutamos de nuestra vida a nuestra manera... Claro, sin dejar de pasar pena. Culpen a...