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Okey, esto no es divertido, para nada. Desde que se habían levantado habían recibido miradas malas de Jimin y este lo insultaba con cada oración que salía de su boca. Ambos no sabían que la bebé era tan traviesa y curiosa, se quedaba con ellos, pegada como chicle, solo para saber de una vez por todas que eran esas manchas violetas en los cuellos de ambos.

Ya habían comido y ya les tocaba las vitaminas a los bebés. Todos ahí sabían que esas pastillas que se disolvían en el agua con vitaminas las tenían que recetar un pediatra pero ahora ¿Dónde encontraban un maldito pediatra? Era ridículo.

—¿Las pastillas con vitaminas? —preguntó el azabache buscando el frasco para dárselo a los bebés antes de la comida.

—En la mesa. —el rubio señaló la mesa que estaba en la otra punta de la habitación.

Las tomó y las disolvió en un vaso y en el biberón. El vaso se lo dio a Wendy y el biberón se lo dio a Jae, fue junto a Taehyung para abrazarlo por la espalda apoyando su mentón en el hombro contrario.

—Hay que inventar algo para Wendy. Ya no aguanto a Jimin mirándome mal. —informó el azabache, plantó un casto beso en la oreja contraria al ver cómo la bebé se acercaba a ellos. La alzó y la sentó en su regazo una vez él se hallaba en el sofá.

De un momento a otro se escuchó un ruido afuera pero no le tomaron importancia ya que Bogum y Rose estaban ahí. Taehyung se sentó al lado de Jungkook y ambos mirando a la bebé, intentaron explicarle.

—Mira bebé, cuando dos personas se quieren mucho, mucho se unen en cuerpo y alma. ¿Eso está bien? —preguntó el peliplata a Jungkook quién asintió.

—Tú solo puedes permitir unirte en alma y cuerpo si amas a esa persona lo suficientemente. Si no amas es mejor que no lo hagas. Por ejemplo, tus papis: Jimin y Yoongi, ellos se aman y se unieron, solo porque se quieren mucho. —intentó hablar el azabache quién veía la cara confundida de Wendy.

—¿También puedo hacer eso con tío Bogum? —preguntó y sonrió.

—¡No! —ambos chicos gritaron.

—Pero yo lo quiero mucho. —hizo un puchero que se vio demasiado tierno a los ojos de sus tíos.

—Tu solo puedes permitir que la persona que amas mucho te toque de una forma no cariñosa, —hizo una mueca, no se había expresado con las palabras correctas —o sea, tú puedes permitir que te den besitos en la boca solo si tú quieres, no a cualquiera. Ninguno de los que estamos acá, en este lugar puede hacer eso, nadie ¿Entiendes?. De igual forma eres muy pequeña para estas cosas. —el peliplata sonrió al ver a la bebé asentir.

—¿Nadie puede darme besitos en la boca como lo hacen ustedes o mis papis? —preguntó.

—No, nadie y si alguien lo llega a hacer tú nos dices ¿De acuerdo?

—Sí. —asintió efusivamente.

—Muy bien, entonces, lo que estábamos haciendo era ¿amarnos?. De cualquier forma, los que tenemos en el cuello solo son picaduras de mosquitos, nada de que preocuparse. —dijo el azabache esperando a que Wendy entendiera.

—¿No cerraron las ventanas para que no entraran los mosquitos? —preguntó y en ese momento ambos adultos cayeron en cuenta que Wendy ya tenía seis años. Sonrieron y la llenaron de besos.

—Tienes seis años ya. —vieron en dirección a Jimin quien los estuvo viendo todo el tiempo y este tenía la boca abierta. No se habían dado cuenta.

—Denme a mi bebé ya, par de puercos. —el rubio les arrebató a Wendy de los brazos.

—¿Jae? —preguntó el menor y miró a su novio.

Infected |KookvDonde viven las historias. Descúbrelo ahora