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Las aguas estaban turbias, había mucho movimiento. Unos infectados estaban en las orillas y otros en el agua intentando llegar hasta donde estaba el azabache fumando.

Tiró las últimas colillas al agua junto con el sobrante, soltó el humo por la nariz y se dirigió hacia donde estaba su amigo.

—Namjoon, debemos ir a buscar comida. Literalmente no hay más. —dijo el de cabello oscuro.

—Vamos al pueblo que está cerca, no podemos alejarnos más. —el rubio quién no había emitido palabra alguna asintió.

El mayor condujo hasta la orilla y los tres chicos bajaron del bote. Tomaron las llaves del auto y se montaron en él.

Una vez en el pueblo bajaron con sus cuchillos y una AR-24, estaban frente a un mini mercado, no había nada ni nadie a los alrededores.

—Todo parece muy tranquilo. —dijo Jimin.

—Mejor no nos confiemos. —que todo estuviera tranquilo no significaba que estuvieran fuera de peligro.

Caminaron hacia la puerta, una vez entraron vieron a varios infectados y algunos cadáveres.

Un hombre con media cara desgarrada caminó hacia ellos, Namjoon se encargó de él mientras Jungkook caminaba hacia otro y le clavó el cuchillo en la sien.

—Busquemos comida y larguémonos de aquí. —dijo con asco el azabache mayor al ver su ropa manchada de sangre, el olor putrefacto era demasiado fuerte.

Tomaron los víveres que estaban junto con botellas de agua. Se reunieron en la puerta cuando se dieron cuenta que había una horda muy cerca del auto.

—Están muy cerca del auto, no llegaremos. —habló el de menor estatura.

—Por la mierda. —el mayor de los tres los guió hacia el pueblo, no eran muchas casas pero los infectados eran más y cada vez estaban más cerca.

Corrieron en dirección opuesta, se les había caído unas dos o tres latas ya que las mochilas no estaban bien cerradas debido al apuro de salir de aquella situación.

El azabache se paró en frente de dos infectados, una mujer que parecía estar embarazada y un señor de tercera edad, le clavó el cuchillo en la sien al hombre y en el entrecejo a la chica.

Corrió y vio como sus amigos se detenían para matar a dos o, quizás, tres infectados. Giraron a la izquierda y vieron que ya no los seguían los seres putrefactos. Descansaron sus manos sobre sus rodillas y tomaron aire.

Un gruñido los sacó de su paz y vieron la horda que estaba a tan solo, por lo que podían deducir diez metros de distancia.

Solo pueden correr, atrás viene la horda de infectados que creyeron perdida hace varios metros. Siguieron corriendo y alcanzó a sus dos amigos que se habían adelantado.

Se adentraron a una casa pero apenas cerraron la puerta sintieron  como alguien apretaba sus cuellos con algo afilado, ya contra la pared miraron a quien tenían frente suyo.

—¿Quiénes son y por que entraron aquí? ¿Acaso no saben que esa horda va a tirar abajo esa puerta? —dijo el chico que tenía acorralado al azabache. —Hablen o los dejaremos como carnada para ellos —el desconocido habló para los que estaban contra la pared. Se vieron entre sí y vio como su amigo rubio era soltado.

Esto es muy descortés al recibir a nuevas personas. Pero analizando la situación que había detrás de esa puerta estaba justificado.

—Cuidado lindo, te puedes hacer daño, ¿Por que no bajas el cuchillo?. —trató de sacar el cuchillo de su cuello pero solo logró que el otro lo apretara aún más.

Infected |KookvDonde viven las historias. Descúbrelo ahora