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Dos días habían pasado desde que Rose les había explicado como recargar un cartucho. 

Estuvieron horas y horas limpiando, sacando los detonantes, poniendo unos nuevos, colocando balas. 

Cajas y cajas de balas eran llenadas.

—Deberías tomar un descanso, entre el entrenamiento de Wendy y esto te estás descuidando. —Taehyung masajeaba los hombros de su novio, eran aproximadamente las cuatro de la mañana.

Jae estaba durmiendo con Rose y Hoseok, Kim no podía conciliar el sueño debido a que estaba acostumbrado dormir con su pareja a su lado.

—Lo siento, Hobi me sacará los puntos en la mañana y me siento como un inútil. No puedo salir con Byul a matar a los infectados que están cerca, no  puedo ir con Jimin y Rose a buscar comida, no puedo ayudar a Yoongi, Wheein y a Yongsun con la seguridad de los muros.

—Pero ayudas a Wendy con su entrenamiento. 

—Es una niña, no puedo decirle que haga mucha fuerza de brazos o piernas. A su edad debería de estar jugando con niños de siete, ocho o quizás nueve años.

—Debe de ser horrible.

—Lo es.

—Mejor vamos a dormir. Mañana puedes seguir limpiando los cartucho.

—Está bien. —ambos se fueron hacia dentro de la casa para dirigirse a la habitación.

Se acostaron y finalmente Kim pudo descansar con su novio a su lado.

[...]

En la mañana se despertaron debido al llanto de su hijo. —Iré a buscarlo.  No está acostumbrado a dormir con otras personas.

—Es lo mejor. —dijo el azabache medio dormido con un ojo abierto.

Kim solo sonrió y se dirigió a la habitación de Hoseok y Rose. 

—Oh, Tae. No se pudo volver a dormir. —dijo la mujer apenas lo vio en el marco de la habitación.

—No te preocupes, si bien los conoce no está acostumbra a su calor. Mejor vuelvan a dormir, es temprano.

Ya con Jae en brazos se volvió a dirigir a su habitación y lo recostó al lado de Jungkook quien lo abrazó entre sueños.

Colocó una almohada a su costado y se dirigió al almacén para terminar el trabajo que Kook había dejado la noche anterior. Se sentó en la silla y tomó uno de los cartuchos para comenzar a limpiar.

Horas pasaron hasta que sintió como la puerta era abierta, vio una cabellera rubia larga y le sonrió a su amiga.

—Ey. —dijo estirándose.

—¿Cuánto llevas sentado limpiando?

—Unas, —se fijó en su reloj —¿Cuatro, cinco horas?

Su amiga negó y se sentó a su lado. —¿Cuántos ya tienes limpios?

—Tres cajas de treinta. —suspiró.

—Haré una caja más, tu deberías ir a descansar. Hobi le sacará los punto a Kook.

—Iré, Jae no lo dejará hacer su trabajo. No hagas más de una caja.

—Tú no me mandas. —se dirigió a su casa, al entrar se encontró con su amigo rubio quien jugaba con su hija. Saludó y subió.

—Hola. —entró y saludó.

—Bien, ya le quité los puntos, sanó rápido pero sin estirarte hacia arriba que te puedes hacer daño. —contestó sin responder al saludo dándole una sonrisa cuando terminó.

Infected |KookvDonde viven las historias. Descúbrelo ahora