«RIN; SE NCT» #3

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— Tú... Tienes una cara.

Todos en el salón se giraron a mirar a Xiaojun con confusión, mientras los maquillaban para una sesión de fotos. Él se sonrojó levemente, y se escuchó la risa de Ten y Lucas al fondo.

— Ya sé que tengo una cara – dijo Rin, tratando de aguantar la risa mientras que la alisaban el pelo, dejándole más largo y suave. Tal vez luego sería rodeada por ellos al llegar a casa y la insistirían en hacerla cosas en el pelo, como trenzas que acababan siendo nudos imposibles de deshacer, o simplemente que la acariciaran el pelo.

— No me refiero a eso, digo, tienes una cara... Y...

Rin desvió la mirada a Lucas, quién reía sujetándose el estómago, y Ten, que se daba pequeños golpes en los muslos debido a la risa. El resto se miraron con duda, y diversión, sin entender qué quería decir XiaoJun. El único que parecía entender algo era Hendery, ya que negaba con decepción hacia él.

— Sí, todo el mundo tiene una.

— Ay, me refiero a que tienes una cara linda – se resignó.

Rin soltó una risa, y miró de reojo como la estilista, con la cual se había llevado bien, la sonreía pícara.

— Gracias, es lo cool de tener cara.

En ese momento, Rin creyó que Ten y Lucas morirían, porque ya apenas respiraban. Se habían despertado con un toque burlón que los hacia reír por cualquier cosa, y esto era oro para ellos.

— ¡Ay, Rosie!– se quejó, cruzándose de brazos–. Acepta mis intentos de coqueteo.

La estilista ahogó una risa, cosa que todos menos Xiaojun notaron, y ahí fue cuando todo WAYV se soltó a reír, dejando aún más avergonzado a Xiaojun, quién no sabía dónde meterse.

....

— ¡Woho, Dejun!– gritó Ten–. ¡Luce esa cara que tienes!

Lucas aplaudió entre risas, y YangYang se giró para que su mayor no le viera reírse, y luego estar él en problemas. Rin se colocó en la silla dónde se sacaría unas fotos con Xiaojun, Sicheng y Kun, y trató de mantenerse profesional, aunque vio como el primero, sentado en una silla a su lado, retorcía los dedos, y dejó salir una risita.

— ¿Te parece gracioso?– bufó, girándose a mirarla.

— Perdón, no es gracioso, no lo es – negó, poniéndose seria de nuevo.

— Claro que no – murmuró el chino, mientras que Sicheng y Kun se miraban con los labios tensos, soportando así la risa.

— ¡Rin, acércate más a Kun!– exclamó la fotógrafa, haciéndola un gesto con la mano. Ella asintió, olvidando el patético coqueteo de Xiaojun, y centrándose en la sesión de fotos.