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Rin lanzó la botella de agua vacía a la cabeza de Johnny, acertando de lleno en su frente, y recibiendo vítores por toda la furgoneta.

— ¡50 puntos!– gritó Doyoung, cogiendo la botella.– Si doy al mánager en la frente, me gano 200 y gano.

— Déjale, pobrecito – regañó Rin.– Golpea a Donghyuk en su lugar.

— ¡¿Y yo no te doy pena?!

Doyoung asintió, y lanzó la botella hacia atrás, impactando en la nariz del menor. Rin chocó puños con él, riendo.

— Hemos llegado, comportaos como si fuerais humanos normales – bromeó el mánager, saliendo él primero del coche para hacer un recorrido rápido y analizar la situación en el aeropuerto.– Apenas hay gente, vamos.

Yuta y Mark fueron los primeros en salir, y fueron uno a uno tras ellos, tropezando por las prisas y empujones a modo de broma que casi acaban con la cara de Taeyong en el suelo. El último en salir fue Johnny, quién aún se quejaba de haber sido el primer blanco de Rin, y todos se pusieron en fila, dándose cuenta que apenas hay gente era encontrarse con una bola de fans que aterrorizaria al mismísimo diablo.

— Uy, han aparecido de la nada – se disculpó, hablando por teléfono–. Vamos, si vamos con cuidado nadie se pierde.

— ¿Cuidado?– preguntó Haechan, mirando a todos los presentes. Cada vez parecían llegar más y más fans.– Más que andar con cuidado tendríamos que andar rezando por no morir ahí.

— No creo que nos hagan nada – restó importancia Jaehyun, aunque miraba fijamente hacia las fans, algo preocupado–. Los bajitos que vayan entre los más altos.

— Bullying – murmuró Taeil, colocándose la mochila sobre los hombros.

— Para mí hasta Taeil es un edificio – trató de bromear Rin, aunque ciertamente sentía terror de entrar a esa masa de gente–. ¿No hay otra entrada?

— Lo siento, Rosie, es la única que tenemos – el mánager suspiró–. Me gusta el plan de Jaehyun, pero tenemos que esperar a que lleguen un par de guardaespaldas más, no me fío. Taeil y Rin que son los más bajitos que entren entre vosotros, aunque me gustaría que tuvierais especial cuidado con Rosie – señaló discretamente a un chico en primera fila con una cámara colgando en su cuello, una gorra negra y el cubrebocas bajado–. Es su sassaeng.

— ¿El mismo de Hong Kong?– Mark se asomó discretamente, haciendo una mueca–. Está demente.

— Sí, me da escalofríos – masculló Taeyong–. ¿Cuál es el plan de escape, hyung?

— No separarse por nada del mundo – dijo el guardaespaldas principal, llegando hacia ellos–. Seguridad estará rodeando el círculo que hagáis, por lo que así evitaremos que haya accidentes. He oído también que hay amenazas hacia Rin, ¿no es así?– todos asintieron–. Bien, ella irá en el medio. ¿Todos preparados?

De un momento a otro, alguien tiró de su brazo y estaba rodeada de ocho chicos, dejándola a ella con Taeil y Haechan en el centro. Se sentía algo agobiada, pero era por seguridad.

Y Ahí empezó la pesadilla, porque entraron al aeropuerto, y todos se les echaron encima, gritando y sacando fotografías por doquier. En un susto por ver a un guardia empujar a un par de chicas que querían pasar, tomó con una mano el brazo de Haechan, y con la otra alcanzó otra mano aleatoria de sus chicos, sin preocuparse de quién era exactamente.

— ¡Estamos vivos!– gritó Johnny, una vez que entraron en la zona donde las fans ya no podían pasar, en la zona donde a todos les importaba una mierda si eran idols, porque tan solo estaban sentados esperando a su avión–. Rosie, linda, ¿te encuentras bien?

Ella asintió, algo mareada. Aún sentía los gritos, los flashes y los empujones, lo que hacía que se sujetara como si la vida dependiera de ello al brazo de Haechan y la mano de Doyoung.

— D-Diablos.

Soltó el brazo de Haechan cuando le escuchó murmurar a Yuta que se estaba orinando encima, pero no soltó a Doyoung, ni planeaba hacerlo por un rato.

— Hey, estamos bien, hemos pasado – Doyoung balanceó sus manos, sonriendola y bajándola el cubrebocas, dejando ver su nariz y boca–. ¿Estás bien?

Sonrió, asintiendo y devolviéndole un apretón en la mano, tirando de él para sentarse en las sillas cercanas, entre Taeyong y el mánager.

— Te he ganado – recordó Doyoung, levantando una botella de agua de su mano libre – Por más de cien puntos.

— Fanfarrón.

Doyoung y Taeyong soltaron una carcajada, mirándola fruncir el ceño y hacer el gesto de volver a subirse el cubrebocas.

— ¿Dónde has aprendido esa palabra, Rosie?

— De Jisung-ah, le gusta enseñarme palabras raras – dejó que Taeyong la volviera a bajar la mascarilla–. Creo que siente que es más mayor que yo solo porque no entiendo muchas cosas que él sí. Un día me voy a poner yo a hablarle en chino.

— Yo quiero que me enseñes cosas en chino – dijo Taeyong–. Como... ¿Cómo se dice gracias?

— Es algo básico que sabes, oppa – dijo, tratando de no rodar los ojos.

— Ya, pero me gusta verte hablar en tu idioma natal.

Gracias.

— Si habla igual que en coreano.

Rosie pisó un pie a Doyoung.

Rosie pisó un pie a Doyoung

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«RIN; SE NCT» #3Donde viven las historias. Descúbrelo ahora